El pasado jueves 13 de mayo tuvo lugar en el Bar Musical El Pez Gato, en pleno centro de la capital, la rueda de prensa de presentación del disco “30 Años Inmortales” de la banda gallega Los Motores. El álbum cierra una carrera de lucha y pundonor artístico realmente modélica, con esa personalidad y carácter que da su condición de ser originarios de Vigo y no haber dejado de residir nunca en Galicia.

Su fundador y cantante-guitarrista Carlos del Río habló del final de la formación, que no contempla la posibilidad de un regreso ni tampoco la oportunidad de un disco recopilatorio o en directo. El carismático músico habló con la sinceridad propia de los creadores que no deben nada a nadie ni tampoco tratan de quedar bien con unos y otros. En su discurso había sorna, pero también mucho sentido del humor y una visión muy real de la situación del Rock en España durante los treinta años que ha durado su trayectoria.

La comparecencia ante la prensa especializada dio para un análisis certero de la situación de las salas durante la pandemia -Carlos es también promotor-, la falta de regeneración en el público rockero y hasta la ausencia de rotación de nombres nuevos en los carteles de los festivales o conciertos compartidos. Se interrogó a Carlos sobre la posibilidad de un documental, libro o concierto grabado -que en efecto se pretende para su actuación de despedida en la propia Vigo-, pero lo más inmediato y real son las fechas de una gira de despedida que puede llegar a durar hasta dos años, ya que el estado de salud de Carlos así lo condiciona.

Durante la charla algunos compañeros llevaron su interés hacia la ausencia de promoción de las nuevas bandas por parte de las más grandes, a lo que el veterano artista supo responder con la pertinencia y oportunidad que le faltó a la pregunta. Carlos es “perro viejo” en la escena y sabe perfectamente cómo funciona ésta. Recordó la propia historia de Los Motores para ejemplificar el papel de los managers y las compañías a la hora de impulsar o retraer el desarrollo de una banda, sin excusar por ello la responsabilidad de los propios músicos a la hora de optar por una opción concreta en cada momento.

Por fortuna, nuestro compañero David Esquitino supo retomar la dinámica del evento promocional y preguntó por dos de los colaboradores que más han hecho brillar algunas de las canciones de Los Motores, como es el caso de los guitarristas Alberto Cereijo (Los Suaves) o Manolo Arias, quien formó parte del grupo durante unos tres años. Cereijo colabora de hecho en «Pedazo de mamón», el primer single de esta tarta de cumpleaños que a 2021 tiene 32 velas encendidas -esta vez el redondeo del título ha sido a la baja-.

“30 Años Inmortales” es un lanzamiento tanto digital como físico (CD y LP -también vinilo gracias al interés de la compañía Warner-), que corona una discografía muy diversa en aceptación popular. Para la grabación la cara más conocida de Los Motores ha contado con nuevos compañeros -y de ellos habló muy favorablemente-, siendo el guitarrista Goncho Bahamonde quien testimonió su experiencia junto a músicos tan prestigiosos como los dos Carlos -Del Río y Rivas, batería-. Actualmente el cuarteto lo completa el bajista Gorio Álvarez, que también es sangre joven.

De cara al futuro inmediato, se ha programado una gira mitad acústica-mitad eléctrica que en estos momentos pinta bien, pero que sin duda habrá de adaptarse a la situación sanitaria. Galicia es aún tierra vedada para la música en directo -increíble, pero cierto-, lo que no desanima a Los Motores para presentar sus nuevos temas ante cuanta audiencia sea posible, tanto dentro como fuera de su región. No se ha podido cumplir el deseo de Carlos de contar con los componentes originales para este cierre de telón, pero la vida sigue y las canciones permanecen, que a fin de cuentas es lo importante.

Leo Cebrián Sanz