Al ver la portada de este disco, no puedo evitar acordarme del documental realizado hace unos años sobre el fenómeno «pandillero» en Nueva York. Los afroamericanos que aparecían en aquel ‘Rubble Kings’, de Shan Nicholson, parecían «quinquis» de extrarradio como El Torete o El Vaquilla, pero entre otras cosas eran gente dura que estaba ayudando a crear el Hip-Hop en la urbe de los Ramones.

En otro lugar de los Estados Unidos, el grupo Pure Hell se erigía en la primera y «auténtica» banda de Punk ejecutado por black men. Sus grabaciones de 1978 se recuperaron en 2005 para el mercado español, por la insistencia de Beat Generation y La Felguera Editores/Agente Provocador en dar a conocer esta curiosa parte de la historia musical contemporánea.

El antecedente de Pure Hell es Pretty Poison, grupo de la ciudad de Philadelphia en el que Gordon, Morris, Steel y Spider comenzaron a fusionar en 1974 el estilo de sus homólogos blancos de la «Gran Manzana» con un impulso más rápido y endurecido, por momentos cercano al futuro Heavy Metal. Como el meollo del ambiente estaba en NY, no dudaron en mudarse hasta la metrópoli para poder tocar con gente como The Cramps, The Dead Boys, The Germs, New York Dolls, The Nuns, Richard Hell, Sid Vicious, The Stimulators o Wayne County and The Electric Chairs.

Ya en 1978 giraron por Reino Unido como cabeza de un programa en el que también figuraron The UK Subs, Vermilion & The Aces o Wilko Johnson. Mientras estaban en el Reino Unido, su manager Curtis Knight logró publicarles un single en su propio sello Golden Sphinx Records, compuesto por las canciones ‘These boots are made for walkin’ y ‘No rules’. Pure Hell metieron su sencillo en el Top 40 británico, pero no llegaron a ver publicado el LP hasta nada menos que 26 años después.

Los más que reconocidos Bad Brains les citaban como una de sus «tempranas influencias» y en 2008 Pure Hell volvió a los escenarios para ajustar las cuentas con la historia.

Leo Cebrián Sanz