El Ska-Punk tiene en toda la zona del Levante un territorio favorable a sus sonidos y mensajes. Esta vez ponemos el foco en la localidad murciana de Yecla y en la valenciana de Ayora, segmento geográfico donde en marzo de 2012 nació un grupo que pone el modo «fiesta» en todas sus canciones y actuaciones. «La Rocka ha vuelto y nadie va a dormir», afirman en el primer tema de su último disco,»La Espiral», publicado en 2019 con Rock CD Records como distribuidora oficial.

Los agitadores de este septeto son Kike (voz y guitarra), Alberto (guitarra solista), Loren (bajo y coros), Elie (batería y coros), David (teclados y coros), Elena (trompeta) y Keko (saxo y coros). Todos ellos firman de forma conjunta la música de unas letras que corresponden en exclusiva a su cantante Enrique Azorín «Kike». El guitarrista José Alberto Palao es quien arregla los temas, que en este caso han sido producidos, grabados, mezclados y masterizados por Roger Gracía en los RPM Estudios.

Resulta inevitable que surja el nombre de La Raíz como referencia indirecta de su estilo, pero Rokavieja suena más acelerado y duro, con un batido de estilos que saca un jugoso zumo de Ska clásico o Rocksteady, Soul, Swing, Surf, Rock and Roll, Punk-Rock, Reggae, Mestizaje y música latina. Los nombres propios de su lista de reproducción son bien diversos, pero conservan una cierta lógica interna: Bob Marley, Dire Straits, Madness, Loquillo, Commando 9mm, Kortatu, Betagarri, Skalariak,  Manu Chao, La Gossa Sorda o La Gran Orquesta Republicana.

La historia discográfica de Rokavieja tiene como punto inicial de actividad su disco-maqueta «Bienvenido a mi Movida» (2014), en la que colaboró uno de los totems del estilo: Juantxo Skalari. Dos años después llegó «La Ciudad del Pecado», con aportación extra de Martin Pampligione, de Los Caligaris.

En 2016 sufrieron un esperpéntico incidente con las autoridades de la Policía Local de Yecla, cuando algún desubicado denunció a la banda por haber escuchado desde su escenario la expresión «mucha policía, poca diversión». Aquel incidente, propio de una película de Berlanga, llevó al grupo a los medios generalistas. Hubo multa y ratificación de la injusta sanción, pero con Rokavieja no pudieron. De hecho, su canción «Nos persiguen» hace alusión de manera indirecta a lo sucedido aquella noche.

Curiosamente, un año después la formación ganó el concurso Molina Juventud y Talento, en un reverso de cómo las instituciones y poderes adjuntos pueden perjudicar o apoyar la cultura y la libertad de expresión. Incluso en mayo de 2019 fueron finalistas del XXII Concurso de Bandas Emergentes Ciudad de Porcuna (Córdoba), así que la vida sigue para una de los colectivos con mayor futuro del panorama valenciano. El pasado mes de febrero formaron parte del XV Gazpatxo Rock, el gran «festi» de la citada localidad de Ayora, que de algún modo fue el reconocimiento masivo a todos los kilómetros de directo que llevan hasta el momento.

«La Espiral» comienza con una «Intro» y termina con un tema homónimo instrumental, aderezando su sandwich musical con letras combativas -pero que no provocan jaqueca ideológica- y un optimismo conceptual que se contagia de inmediato al alma… y los pies.

Leo Cebrián Sanz