Sabida es la relación directa de residencia permanente que tiene con Tenerife uno de los dos cantantes titulares de Helloween, Andi Deris, quien ha desarrollado buena parte de su vida en Canarias. Uno de los hechos que demuestra este vínculo tan personal con las Islas es la carrera como vocalista y productor de su propio hijo, Ron S. Deris. La renovación artística del apellido está asegurada con este creador en solitario que hasta el momento ha trabajado bajo distintas denominaciones nominales (Steve Aydeen, Ø’YAMA PARKR ) y experimentando con diferentes estilos.

Ha llegado la hora de dar la cara y presentarse con la identificación que más va a ayudarle a conocer su trabajo -la de su verdadero nombre y apellido-, con independencia del que ya desarrolla en el estudio “Mi Sueño” de la capital tinerfeña. Como cantautor bilingüe y polifacético, Ron toma de aquí y de allá para elaborar sus composiciones: Rhythm and Blues Alternativo, Electrónica, Rock, Hip-Hop, experimentaciones sonoras e incluso spoken word o «palabra recitada». Su arte es introspectivo, emocional y muy personal, ya que sus canciones se presentan como si de las páginas de un diario se tratara.

Los títulos de su segundo EP, titulado “El Dramático (Acto 2: Anhedonia)” y publicado este año, dicen mucho de su carácter transversal… y travieso: “Toy bien”, “Refugio#1 (Interludio)”, “Kizas”, “Te esperé (Interludio)” y “Lvdmm”. En 2024 ya publicó los singles “Sábado D1 Imbécil” y ‘Yangtsé”, que junto a “Corazón frío” dieron vida al corto debutante “El Dramático (Acto 1: Sputnik Planitia)”. Su de momento escasa discografía se completa con dos singles independientes de 2025: “Gusano” y ‘River of sorrows (Unplugged)”.

Deris Jr. se formó profesionalmente en Londres, donde trabajó tanto su forma de interpretar y la técnica con la guitarra como el oficio del diseño de sonido y la producción musical. La exploración de su propio talento le ha llevado a su momento actual, que él mismo define del siguiente modo:

“Puedes hacer arte que te permite escapar de tus demonios o que te obliga a confrontarlos de frente y así deshacerte. Algo que puede cambiar y algo que uno puede decidir con cada canción, pero por ahora, mi decisión es lo segundo, no por elección sino porque la vida simplemente no me ha dejado otra opción que usar la música como mecanismo de supervivencia para expresar lo que necesitaba sacar.

La música de mis artistas favoritos ha sido un refugio inestimable. A través de sus canciones he podido experimentar y liberar emociones intensas, desde la tristeza hasta la alegría, pasando por la ira y la ansiedad, emociones que de otra manera hubiera sido difícil expresar. También me ha proporcionado consuelo y distracción cuando lo he necesitado».

Para mí, este proceso de conectar con la música es parte esencial de mi viaje de sanación personal a través de la creación musical y espero que lo sea también para los que conectan con mis canciones.”.

Leo Cebrián Sanz