Desde hace un tiempo está disponible en la plataforma Netflix la película documental de Sepultura, “Endurance” (resistencia o aguante). Y está bien puesto el título porque lo que pretende la banda, o mejor dicho el guitarrista Andreas Kisser que se erige en protagonista casi absoluto, es decirnos que su éxito no fue un camino de rosas, que las cosas cuestan y que hay que perseverar, resitir, tener aguante… Más todavía si el que se supone líder de la banda, Max Cavalera, te deja tirado en mitad del éxito, lo que obligó al grupo a reinventarse y tomar una apuesta de riesgo como fue el fichaje del cantante Derrick Green.

Los hermanos Cavalera no quisieron aparecer en este producto dirigido por Otavio Juliano, así se indica en los títulos de crédito, y sus imágenes se limitan a fotos antiguas, de los principios de la banda, y algunas tomas en la selva cuando estuvieron explorando sonidos con los indígenas Xavantes en el Mato Grosso brasileño para grabar el disco “Roots”.

Cuesta pillar el ritmo al principio del documental, hasta la mitad no empieza a cogerlo. Creo que sobra la conversación forzada y preparada de los músicos quejándose de lo duro que es pasar meses en la carretera sin poder ver a sus familias; parece que había que meter con calzador algo de drama copiando ciertas escenas del famoso “Some kind of monster” de Metallica.

Sí se agradecen las declaraciones de músicos como Lars Ulrich (Metallica), Scott Ian (Anthrax), Corey Taylor (Slipknot), Phil Campbell (Motorhead) o Dave Ellefson (Megadeth) ensalzando todo lo novedoso que Sepultura trajo al mundo del Metal.

En definitiva, la visión es obligada para cualquier fanático del grupo, tampoco vas a perder el tiempo si te gusta el Metal en general, pero la sensación final no es la de haber visto un producto redondo. La nota sería un 5,5 sobre 10, entre el ‘suficiente’ y el ‘bien’, entre algo ‘pasable’ e ‘interesante’.

Jon Marin