Estos guasones son manchegos, pero afirman haber fundado su grupo en 1920 y pertenecer a la gloriosa Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, más conocida en su momento por la URSS. Su estilo no admite discusión: «auténtico y patriótico Surf soviético (…) revolucionario y electro-espacial». Y en ello están, disfrazados con monos naranjas cual Yuru Gagarin, el cosmonauta del que toman su nombre.

La iconografía del comunismo ruso es su divisa e inspiración. Sin embargo, The Gagarins van mucho más allá del uso del himno soviético para empezar o finalizar sus conciertos, como ya hemos visto en los conciertos de Siniestro Total o Lendakaris Muertos. Nuestros «cosmosurfistas» preferidos leen manuales de ingeniería aeroespacial y anhelan colaborar con los coros y danzas del Ejercito rojo, mientras aspiran a crear «un cosmos comunista y lleno de playas en las que surfear».

Estos nuevos héroes de la clase obrera que impulsó la revolución de 1917 comenzaron su actividad «político-musical» hace dos años. Fueron finalistas del concurso de bandas del Rolling Rock Bar en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), su localidad natal, y pocos meses después ya andaban liados con su primer disco: «Vostok 7».

Desde entonces han extendido su altavoz humorístico y autoparódico por otras localidades de la provincia, además de repetir varias veces en Madrid y presentarse en Albacete, la Blues Cazorla Battle del festival jinnense del mismo nombre y el valenciano Iboga Summer Fest. Su activa agenda de directos les animó hace algunas semanas a lanzar una edición en vivo de su primer repertorio, al que muy oportunamente han titulado ‘Vostok 7 Live’.

Mucha atención a algunos de los imaginativos títulos que pone a sus canciones esta formación compuesta por Alberto Fernández (guitarras), Jaime Jimeno (guitarras y órgano Hammond), Alberto Hernández (bajo), Rubén Campo (batería) y María José Avilés “Majo” (trompeta y teclados):  ‘Bitch Perestroika’, ‘CIA’s agent’, ‘Gulag holidays’, ‘Putin club’ o ‘Balalaika dance’.

Leo Cebrián Sanz