La contraportada del libro define acertadamente a Uge Pache como “el mayor primer fila de todos los conciertos de la capital”. En efecto, uno de los rostros habituales de la noche madrileña de los directos se ha lanzado al mundo de la literatura con “200 historias con títulos” (Núcleo B, 2024), una obra muy original por cuanto toma como fuente de inspiración para la creación las denominaciones genéricas de los discos del Rock, Metal y Punk-Rock nacional, pero principalmente los títulos de las canciones que los integran.
La idea parte de una premisa bien clara, cual es la redacción de breves textos que incluyan en riguroso orden de aparición los títulos de los temas del álbum correspondiente, a los que además hay que añadir en algún momento el nombre de la propia banda. Dividido en dos volúmenes de 100 composiciones cada una, Uge incluye en cada ficha un QR de acceso directo para facilitar la escucha de la música del artista o grupo elegido. Algunas ocasionales notas a pie de página traducen o aclaran el significado de ciertos conceptos o palabras en lenguas extranjeras que aparecen en la lírica en cuestión.
Uge se ha animado incluso a convertir sus textos en poesía cuando la ocasión lo ha requerido, como en el tema “Resiliencia”, de Benito Kamelas, o “Poesía básica”, de Extrechinato y Tú. Otra variante es la versión bilingüe de letras en inglés como las de Afterdoom, Endernity, Killus, Seda, Sons of Steel o la homónima ‘Angelus Apatrida’. Por último, una “Locura final” al término de la primera mitad toma como base los títulos de los álbumes completos para elaborar un texto más extenso de lo normal.
Algunos solistas o formaciones repiten con más de una reseña, en tanto otras como Banzai, Dixon, Kaxta o Valdés, los propios Leño o Maldito Matas ven reunidas en un mismo texto los títulos de dos, tres y hasta cuatro discos distintos, respectivamente. Un epílogo, la lista del “Agradecimiento final” y los correspondientes índices de ambos volúmenes ponen la guinda de este singular retrato de un buen número de bandas de la segunda fila de nuestro Rock más callejero y apegado a la realidad.
Leo Cebrián Sanz