La conversación con El Drogas se anima a cada minuto que pasa. El abuelo más en forma  del rock español confiesa que le encanta jugar con sus nietos y que por eso no sigue con detenimiento la actualidad musical («mi hija escucha mucho a Kase O. y a los vascos Belako, que me encantan»). No tiene reparos en citar a Barricada de vez en cuando con absoluta naturalidad y hasta cierto cariño, por lo que incluso parece reconciliado con esa parte de su pasado. Pero por si acaso, mucho mejor hablar de sus actuales compañeros que de sus diferencias no resueltas con Boni y Alfredo…

Muchos creían que la presencia de Brigi en la batería de tu formación era para él un entretenimiento o una diversión pasajera, pero ahí sigue, con sus platos y timbales a un lado del escenario.

«¡Y eso con la cantidad de veces que le digo que tendría que ir haciendo algo por su cuenta! Yo mientras tanto me aprovecharé (risas). Quien piense que hay problemas  de vanidad entre nosotros es porque no conoce al Brigi ni tampoco me conoce a mí o al resto del grupo. Tenemos claro que trabajamos por algo que nos divierte. Yo le conocí como un puñetero crío tocando la batería y de repente me dijeron que lo había dejado para meterse en Koma a tocar la guitarra. Cuando oí el primer disco, dije: «hostia». Toque lo que toque, siempre lo tocará bien».

La última vez que pudo verse a El Drogas y sus compañeros en la Comunidad de Madrid fue como banda telonera o invitada en un concierto el 28 de mayo con motivo de las fiestas de Coslada junto a La Raíz. ¿Te choca compartir público con un colectivo tan distinto musicalmente y que arrastra a tanta gente joven?

«Ser telonero no es importante. Con Barricada hemos sido los mejores abriendo para otros grupos y ya como El Drogas nos hemos «comido» a un grupo en Buenos Aires que no diré cuál, ja, ja. Si hay problemas, los hay para los que estamos ahí y punto. Me alegra que bandas como La Raíz o La MODA tengan también su sitio. Lo de la gente cantando las canciones de La Raíz era espectacular. Yo estoy encantado de que me den un toquen para tocar».

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Las canciones que sonaron en aquella noche de la final de la Champions fueron las del disco «Demasiado tonto en la corteza», que tuvo una edición en vinilo que se ha convertido ya en objeto de coleccionista. ¿Cómo surgió la posibilidad de realizar ese formato de triple LP?

«Sacamos 300 copias. La verdad es que yo era más del vinilo y cuando salió el CD me costó olvidarme de una forma de trabajo que ya conocía. Quien lo planteó fue el que actualmente es mi road manager desde la segunda recuperación de Txarrena. Él controla lo que hacen con este formato las bandas indies, que este tipo de estética la cuidan mucho. Aunque estaba en Maldito, todos los vídeos, las autoproducciones y demás las pago yo. No es más que sentarse y echar cuentas para hacer la tirada que se pueda. No tengo problemas en ajustar los precios a las distribuidoras, aunque luego las tiendas pueden hacer lo que quieran con el precio, claro».

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Kutxi, Evaristo, Luter y tantos otros. El Rock de raíces y el Punk en castellano se han encontrado con la literatura y ya no hay quien los pare. ¿Qué tal fue tu experiencia con tu libro «Tres puntadas» y el poemario infantil que publicaste en Desacorde Ediciones?

«Bien, muy bien. Seguiré en ello porque me gusta. «Las zapatillas de volar» no fue exactamente un libro infantil, sino un libro para el niño que todos llevamos dentro. Lo último que ha salido, también con Desacorde, es un álbum de fotografías realizado con motivo de la grabación del disco. Se titula «Un día más -desde el objetivo- «.

Una última pregunta muy especial para Los Mejores Rock. El artículo más leído en nuestra web es el titulado «El Drogas le mete un gol a El País», a propósito de la extensísima entrevista que concediste a su suplemento Jot Down. ¿Cómo conseguiste colocar 23 páginas de El Drogas a un emporio mediático que desprecia todo lo relacionado con nuestra música?

«Fue cosa de los chavales de la revista. Yo no tenía ni idea de lo que era Jot Down hasta que ellos mismos me mandaron algunos números. Vinieron a casa y estuvimos cuatro horas y media de chapa, muy a gusto, de la hostia. Les dije que me parecía muy larga la entrevista porque ya lo he contado todo, pero mira, parece ser que gustó.

Y bueno, yo no sé jugar al fútbol, pero lo de meter goles de tacón se me da bien (risas). Ya me pasó cuando dije que iba a estar tocando en las puertas pares un día y en las puertas impares el otro durante los conciertos de despedida de Barricada en el Anaitasuna de Pamplona. Salió en primera página del «Diario de Noticias» de allá. Encima el periodista me explicó que no había numeración en las  puertas…, ¡pero yo venga a decir que ese día sí se iban a enterar de dónde estaban! También la lié cuando dije «Que explote la bomba» después de la amenaza de bomba el día del Festival del Estudiante y la Radio cuando aún tocaba con nosotros nuestro primer batería. No sabíamos nada de lo que había ocurrido unas horas antes. En fin…».

Leo Cebrián Sanz

Fotografías: Diego Cebrián Aguirre.