Clive Palmer es un empresario millonario australiano metido a la política, o sea, podríamos decir que es el “Donald Trump de Australia”. En su actual campaña política está utilizando una versión retocada de la famosa canción “We’re not gonna take it” de Twisted Sister en sus anuncios.

En cuanto Dee Snider y Jay Jay French tuvieron noticias del hecho, denunciaron que estuviese utilizando el tema y están quemando las redes sociales con mensajes contra el político.

La compañía de Palmer afirmó que habían pagado a Universal Music por los derechos y así poder utilizar la canción, pero Dee Snider reveló que el pago no se había efectuado y que la misma compañía discográfica ya había enviado una carta a Clive Palmer para que dejase de usarla.

El Australian United Party llegó a declarar posteriormente que la canción “We’re not gonna take it” no pertenecía a Dee ni Twisted Sister y que en realidad era un plagio de una canción navideña clásica titulada “O come, all ye faithful”, añadiendo su líder que “los arreglos del tema los habrán registrado otros, pero la melodía original ya existía desde mediados del siglo XVIII. Si ellos -refiriéndose a Twisted Sister- no pagaron al compositor original, ¿por qué les vamos a pagar nosotros a ellos? Supongo que la compañía Universal Music Group fue engañada a la hora de pagar al señor Dee Snider. Creo que deberían comenzar un proceso contra ese artista o reclamar que les devuelva el dinero”.

  • Lo último que acaba de decir Clive Palmer es que ya están hartos de las difamaciones y amenazas de Dee Snider y que el ministro de Interior australiano debería dar de baja o rechazar su visa para entrar en territorio australiano.

No es casualidad, el cantante de Twisted Sister tiene previsto actuar en Australia dentro de unos días. Hay dos fechas previstas en Sídney (31 de enero y 1 de febrero) y otro par en Melbourne (2 y 3 de febrero).