Juan Zanza es uno de los guitarristas de La Raíz, la banda de Rocktizaje que más éxito ha obtenido en los últimos cinco años. Su crecimiento ha sido tan vertiginoso que la formación originaria de Gandía (Valencia) decidió hace unos meses poner un punto y aparte en su trayectoria. Sus músicos estaban agotados del trajín de un lustro de trabajo constante y apenas si han tardado en aventurarse con nuevos proyectos que renueven sus ganas de seguir en la pelea musical.

El primero que anunció su etapa de oxigenación fue Julio, el vocalista de origen mozambiqueño, que se ha integrado como refuerzo en Boikot. Y el segundo ha sido Zanza, que sin embargo ha preferido bautizar su aventura independiente con el nombre de Valira. Todo ha sucedido tan rápidamente -por lo menos a ojos de quienes desconocíamos su deseo de volar en solitario-, que en apenas unos meses se ha dado a conocer con un primer disco titulado «Ecos de Aventura».

Los singles «Guerra fría» y «Corazones ambulantes» son los primeros videoclips de un repertorio muy interesante, que toma muchos de los elementos ya conocidos en su banda madre para darles la vuelta y redefinirlos desde una óptica de autor puro. Los músicos que le acompañan son Felipe Torres -su compañero a la batería en La Raíz-, Gabi Pellicer, Carlos Benavent y Ferdy Borja, un combo muy compensado y con visos de permanecer largo tiempo a su lado. Eso fue lo que nos pareció tras comprobar su rendimiento colectivo tras asistir al concierto acústico que ofrecieron hace algunas semanas en la madrileña tienda de FNAC en la Plaza del Callao.

Zanza es el cantante de su propio grupo, lo que aporta una vertiente artística por completa desconocida hasta hoy. Su condición de intérprete se revela como uno de los mayores atractivos de Valira, pese a que la sonoridad de su registro vocal recuerde a referentes muy concretos de la música en castellano. Fuera de estas semejanzas inevitables, Juan vive sus músicas y letras con una entrega y pasión contagiosa, echando el resto en unas canciones que se adivinan cuidadas al máximo. Hay madera de cantautor eléctrico en esta alternativa de la creación con nombre y apellidos.

La ventaja de ser una de las piezas del puzzle de La Raíz es que su estreno en directo se va a producir en salas de mediano aforo, además de varios festivales muy importantes. El «mono» entre la «fanaticada» de los valencianos le va a permitir mostrar sus diez primeras canciones entre unos «algodones» logísticos que para sí quisieran todos los artistas que empiezan. Juan Zanza es consciente de ello, pero juega sus cartas con discreción y expectativa, sabedor de que en este negocio cada día se comienza de cero cuando de ganarse al público se trata.

Leo Cebrián Sanz