El equipo del documental «500 Pesetas con Pelotazo» sigue adelante con su gira de proyecciones selectivas en bares, pubs, locales sociales y todo tipo de entornos donde haya un público receptivo. Este reportaje cinematográfico sobre las salas de Rock Duro y Heavy Metal en la Comunidad de Madrid durante las décadas de los años 70, 80 y 90 es un viaje en el tiempo que mueve a la sonrisa y la emoción, tal y como se ha demostrado en la casi veintena de pases celebrada hasta ahora.

A la espera de su futura comercialización en plataformas o incluso a la progresiva disponibilidad gratuita del audiovisual, la única oportunidad de disfrutar del «docu» es atender a convocatorias puntuales como la prevista para el próximo jueves 18 de diciembre a partir de las 20:30 en El Mono Rock Bar, en la calle Arroyo del Olivar, 82, que está situada en pleno distrito de Puente de Vallekas, muy cerca del estadio del Rayo Vallecano. El establecimiento de moda entre el rockerío local no podía faltar en este homenaje a la cultura del Heavy en el Foro durante los tiempos gloriosos del movimiento.

Así es como define y describe su director, Leo Cebrián Sanz, el espíritu y contenido de este largometraje que honra a una cultura juvenil y urbana tantas veces ignorada. El texto corresponde a la ficha de «500…» en la base de datos IMDb:

«Un recorrido cronológico por el contexto social y lúdico de la capital y sus ciudades del extrarradio y el impacto de este tipo de música en el ocio musical de la juventud del momento. Testigos directos recuerdan sus experiencias en las discotecas y recrean el ambiente de aquellas tardes y noches de diversión colectiva e identitaria.

Los clientes de locales de ocio como los referenciales Osiris, Piscis, Barrabás, Canciller, Argentina/Canciller II y muchos otros de los barrios de Vallecas, Carabanchel o Moncloa o las ciudades del sur como Alcorcón, Leganés, Getafe, Móstoles o Fuenlabrada aportan sus opiniones y testimonios respecto a cómo vivieron sus años de adolescencia y crecimiento personal como parte activa de una pujante cultura musical y una forma de vida distinta de la convencional.

En la selección de personas entrevistadas se ha incluido a trabajadores que desarrollaron su oficio en las propias discotecas, además de un variopinto espectro de quienes las frecuentaban cada semana. Profesionales de la música y la comunicación se mezclan con los “fijos” que no faltaban cada semana a un rito de iniciación y temprana madurez estrechamente vinculado al éxito del Rock Duro en España.

Frente al relato oficial que excluye a los ‘heavies’ del panorama artístico más creativo del momento, la evidencia de los hechos pone de relieve la pujanza de un movimiento autosuficiente, que vivió momentos de auténtica masividad y gloria pese al ninguneo absoluto de los medios de comunicación y la sociedad normativa».