Esto es un vídeo viral y lo demás son tonterías. Veníamos de la sorpresa pre-veraniega  de la pionera Shelly cantando y bailando en un hospital público, pero lo de Dogma ha superado cualquier comparativa en materia de difusión compartida. Hace apenas unas horas un fragmento de su actuación en el pasado festival Leyendas del Rock ha superado el millón de visualizaciones en el canal de YouTube “Ellas son Eléctricas”, que es donde se aloja.

El audiovisual del tema ‘The tribute’ ha tardado apenas nueve días en convertirse en un fenómeno mundial, sorprendiendo a quienes no conocían a este grupo enteramente femenino de tan poderosa imagen como efectiva capacidad instrumental. Hay quien lo considera un ‘hype’ en toda regla -un bluff, diríamos en una jerga más castiza-, pero resulta imposible no dejarse cautivar por estas cuatro músicas vestidas de monjas satánicas que mezclan el maquillaje de King Diamond y Ghost para elaborar su propia identidad facial.

Si a ello le añadimos que la música favorecida por el destino consiste en un popurrí en toda regla, no nos extraña nada la pasión que está despertando este popurrí de cuatro minutos con partes exclusivamente instrumentales de canciones tan universales como ‘Crazy train’ (Ozzy Osbourne), ‘Paranoid’ (Black Sabbath), ‘Walk’ (Pantera), ‘The trooper’ (Iron Maiden), ‘Master of puppets’ (Metallica), ‘Symphony of destruction’ (Megadeth) y ‘South of heaven’ (Slayer).

La sensualidad y el erotismo consustanciales a la puesta en escena transmitida por Dogma sobre las tablas del New Rock el miércoles 6 de agosto en Villena (Alicante) ha obtenido el favor de público de países tan diferentes como Rusia, India y la práctica totalidad de Latinoamérica, entre cualquier otra nación o territorio que uno pueda imaginar. Más de once mil “Me gusta” y 360 comentarios de todo tipo -unos a favor, otros en contra y últimamente hasta airados representantes de colectivos católicos- se han sumado a este divertimento global. Como consecuencia directa, el canal ha alcanzado ya las 5.400 suscripciones… ¡y subiendo hasta quién sabe qué cotas!

Leo Cebrián Sanz