El grupo madrileño Lavva nació en 1979 y siempre estuvo integrado por componentes femeninas. A lo largo de su historia tuvo varias formaciones, pero la que más trascendió fue la compuesta por la cantante Mara Sancho, las guitarristas Luisa y Toñy Mora, la bajista Adela, la teclista y saxofonista Patricia y la batería Mayca -que procedía de una familia de músicos y a veces era identificada como Mayka-. Las fundadoras habían sido Mara, Luisa, Adela y Mayca y a ellas se fueron sumando poco a poco distintas mujeres interesadas en romper el “techo de cristal” del casi inexistente Rock femenino en España.

La versión nominada del sexteto fue la que figuró en el gigantesco cartel publicitario con el que se las anunciaba de cara a posibles contrataciones y que se puede ver en la galería fotográfica histórica de bandas con mujeres del documental “Ellas son Eléctricas”. Durante su trayectoria el grupo también fue identificado con el nombre de Lava, sin la doble “uve”, e incluso como Lawa, con «doble uve».

En aquellos primeros y desconocidos años Lava fue a veces más una orquesta y otra más un grupo de Pop-Rock. Todo dependía del tipo de audiencia que tuvieran delante; de hecho, coincidiendo con la entrada de Toñy a la guitarra y el cambio de nombre a Damas Negras, la formación llegó a actuar en Suiza en un formato más cercano a la orquesta que a la de grupo convencional.

Según un reportaje publicado poco después tras la mutación de Lavva en Damas Negras, la vocalista Mara había leído un anuncio que le permitió integrarse en el conjunto original. La intérprete recibió clases de canto para mejorar su técnica y dar la talla frente al micrófono.

Hacia 1982 -cuando fueron entrevistadas en el número 1 de la revista ‘Heavy Rock’-, Luisa estudiaba cuarto curso de guitarra en el Conservatorio, tras haber dejado la carrera de Historia en la universidad para integrarse en el proyecto. La bajista Adela también venía del Conservatorio (segundo de guitarra en aquel año) -aunque llegó a probar como cantante-, mientras que la teclista y saxofonista Patricia contaba con experiencia en el teatro -más concretamente en el de carácter musical-, además de ser alumna de segundo de piano en la misma institución oficial que sus compañeras. Como curiosidad, las asturianas Luisa y Adela eran hermanas y durante aquellos años fueron uno de los escasos casos nacionales de trillizas junto a una tercera hermana.

Finalmente, la batería Mayca comenzó tocando la guitarra desde los doce años y terminó decidiéndose por las baquetas tras varias tentativas musicales diversas. Su formación académica del momento era la de segundo curso de percusión. La única música autodidacta era Toñy, que sin embargo ya entonces se empleaba a fondo para adquirir una personalidad propia con el instrumento. De todas las integrantes del grupo, es la única que sigue en activo en 2024 dentro del mundo de la música.

La intención de las componentes de Lavva era claramente profesional, por lo que se procuraron una formación continua en sus distintas funciones en la banda. Sin embargo, la irrupción paralela de un grupo femenino de Pop apadrinado por Radio Futura, Las Chinas, opacó su posible crecimiento y exposición pública. Los medios se volcaron en promover la imagen propia de la Nueva Ola de esta otra alternativa más vistosa y menos musical, dejando a Lavva en una tierra de nadie entre la irreverencia de las Vulpes -por entonces de actualidad absoluta tras su escándalo televisivo- y las autoras de “Amor en frío”. 

Si bien en Madrid era complicado encontrar escenarios donde tocar, su pertenencia a la agencia de producción artística Aries les permitió girar por provincias e incluso experimentar algunas aventuras realmente notables. Compañeros de oficina fueron profesionales de larga trayectoria como Los Pekenikes, lo que habla y mucho de la integración plena del grupo femenino en el circuito de los directos. De hecho, Lavva actuó en un hotel de Canarias durante tres meses seguidos en sesiones de doce de la noche y dos de la madrugada. Con posterioridad recalaron durante un mes en un hotel de Tánger para una residencia similar, lo que supuso su definitiva consolidación como músicas de probada solvencia en vivo. Algunos de los títulos de su repertorio de 1983 eran “Rock and film”, “Corta con tu ayer” y “Vuela a mi galaxia”.

El conjunto llegó a tocar en la emblemática sala Rockola en una noche de martes 28, anunciadas para la ocasión como “nuevo grupo de chicas”. También comparecieron como finalistas en el Primer Festival Ritmo del Verano SEAT en la Plaza de Toros de Las Ventas, pero los problemas de sonido fueron tales que el público terminó abucheando su “no actuación”, un atisbo de concierto en el que no se escuchó nada. Fue el 13 de septiembre de 1980.

La imagen de Lava osciló entre el aspecto claramente deudor de los 70 en peinados y vestuario de su primera etapa a la ortodoxia colorista “ochentera” de su sesión de fotos promocionales realizada en el Parque del Retiro. La banda ensayó en los barrios de Chueca y Ascao, y según Mara Sancho, tanto Lavva como su alter ego Damas Negras registraron un número indeterminado de maquetas.

En la entrevista que Tato Puerto les realizó para ‘Heavy Rock’ contaron algunas de sus anécdotas más jugosas, alguna de ellas relacionada con su heroico papel de mujeres rockeras en inauditos conciertos celebrados en la España rural de la época. Las protagonistas también referían la tentación de los promotores de presentarlas como una mera atracción erótica más cercana a los espectáculos de variedades o las incomprensiones vividas en casa con su vocación por el arte y la música.

A raíz de la investigación documental que ha dado pie a este artículo sabemos que varias personas han intentado contactar con la batería Mayca para contrastar los datos y conocer de primera mano su versión de esta historia de heroicas músicas pioneras. La suerte nos ha sido esquiva de momento, pero nunca está de más hacer un llamamiento desde este texto por si alguien lo lee y puede hacérselo llegar a la propia instrumentista. En su día hicimos lo propio con la cantante Ana María González Pazos, de los valencianos Tarántula, y el destino quiso que se obrara el milagro. ¡Ojalá en este caso ocurra lo mismo!

Leo Cebrián Sanz