‘Mallorca 1983. Signes a l’arena’ es el título de un nuevo documental que recupera la historia local del Pop y Rock en los efervescentes e intensos años 80 de nuestra música popular. El audiovisual se encuentra aún en su fase de promoción en festivales, pero es cuestión de tiempo que pronto pueda estar disponible para su visionado público. Esta obra de 68 minutos de duración rodada originalmente en catalán es obra de Pinxo y Cesc Mulet, dos de los mayores activistas de Baleares en materia de cultura musical. La función de la narradora corresponde a Clara Ingold.
La nómina de invitados e invitados de la escena mallorquina del momento resulta de lo más completa: Xisco Albéniz, Jaume Bergas, Mónica Borràs, Mané Capilla, Lourdes Durán, Lina Estrany, Xavier Fiol, Gaspar Fullana, Pere Joan, Rafel Joan, Luis Massot (Elikat), Miquel Massutí, Fernando Merino, Jaume Mora, Toni Nicolau, Toni Noguera, Katina Penyafort, Miquel Àngel Sancho, Monserrate Santandreu, Juan Segura, Carmen Tarrafeta, Tatúm, María Roser Vidal y Toni Vives. Su reflejo en canciones viene de la mano autoral de MAC, Furnish Time, Forats Negres, Madame Colette, Sex Beatles, Zincpirithione, Nasti, Km.5, Peppone, Ex-crocodiles, Joan Bibiloni, Ruina Social, Veruschka Vamp, El Primer Tercio, Grupo Sanguíneo, Paris La Nuit, Fulanos, Trazom Tzara, The Nadie, Drakkar, Plastics, The Nadie, Grupo Europa, La Burot, Guía del Ocio, Eclipse, La Granja, Peor Impossible, Cerebros Exprimidos y La Búsqueda.
Además de los protagonistas locales, los invitados especiales que comparten sus experiencias insulares son el periodista Jesús Ordovás y los músicos Miguel Ríos, Luis Auserón (Radio Futura), Servando Carballar (Aviador DRO) y Ana Curra (Parálisis Permanente). Por otro lado, han sido varias las entidades y marcas privadas que han colaborado en su financiación, producción y apoyo logístico: Perifèrica Produccions, MallorcaNochentas, IB3 / Televisió de les Illes Balears, ICIB (Institut d’Indústries Culturals de les Illes Balears), Consell de Mallorca y Coca Cola.
La sinopsis de su desarrollo argumental es el siguiente: “El ansia de libertad y la creatividad sin frenos de una generación permitió que, a principios de los 80, se crease en diversos puntos de la geografía española un movimiento cultural que llenaría bares, crearía escuela y teñiría de color todo lo que antes era blanco y negro. La Movida se germinó en Madrid, pero rompió la barrera de la insularidad para instaurarse en Mallorca, donde, tomando la fecha del primer concurso pop-rock del verano de 1983, comenzó una auténtica revolución artística que gestó artistas y músicos de la talla de Furnish Time a Peor Imposible, Zincpiritione, La Granja o La Búsqueda… Con Max, Pere Joan, Tatum… Rafel Juan, Juan Segura o un Miquel Barceló que se hace universal”.
Leo Cebrián Sanz