Imagen de portada: Eddie Vedder / Hardcore Superstar / Hard Spirit / Hell N’ Diesel / Rhesus / Zyclope.


EDDIE VEDDER – Into the wild (Sony/BMG)

Este disco en solitario del líder de Pearl Jam, que conforma la banda sonora de la película de mismo título, es como un domingo por la tarde: Tranquilo pero no sabes si bueno o malo, tampoco si te ha gustado el filme que, entre cabezada y cabezada, has visto en la tele. En fin, mañana será lunes y quizá la semana traiga nuevas alegrías.

Jon Marin

HARD SPIRIT – Walk the wild (Triple A Metal/Avispa)

Buen disco y gran sonido el conseguido por estos asturianos en su debut. Hará las delicias de los amantes del Hard Rock cantado en inglés en general y los amantes del Bon Jovi de los ochenta o Danger Danger en especial. Lástima que la imagen no esté de su lado, pero dicen que eso no importa en esta década, que ya no se lleva el pelo largo. (?)

Jon Marin

HARDCORE SUPERSTAR – Dreamin’ in a casket (Gain/Avispa)

Otro disco más de mi actual banda favorita, desde que empezó su carrera a finales de la década pasada, de Glam-Sleaze-R’N’R. Esta vez más melódicos que otras veces pero no faltan guitarras con la suciedad adecuada y la personal voz de Jocke Berg en doce canciones que, una vez más, te harán bailar.

Jon Marin

HELL N’ DIESEL – Passion for power (Smilodon/Avispa)

Suecia más frío más cinco chicos con ganas de hacer buen Hard Rock es igual a gran disco caliente con –utilizando las palabras del título- pasión y poderío. Títulos como “Sexual suicide”, “Miss cocaine”, “Attitude”, “Love me hard” y “Sweat it” tenían por fuerza que llevar grandes cosas al oyente. ¡Fiesta!

Jon Marin

MR. CADILLAC – En tierra de nadie (Independiente)

La verdad es que el título define a la perfección el contenido de esta grabación, pues lo que aquí se escucha es Rock sin etiquetas, Rocanrol ‘en tierra de nadie’ que recuerda un poco a los primeros M-Clan (despojados del manierismo vocal de Carlos Tarque) o al Loquillo de la actualidad, ese que mandó a freír espárragos los tics rockabillys y se puso a tocar el mejor Rock’n’Roll Urbano, sin complejos, sin más.

En la trayectoria de Mr. Cadillac se aprecia su devoción por los mitos del género: Rolling Stones, Deep Purple, Aerosmith… y por las bandas clásicas ochenteras como Guns N’Roses o Mr.Big, grandes leyendas a estas alturas, a los que versionaban en sus conciertos. Pero como dice el refrán, una cosa es predicar y otra es dar trigo, lo que aplicado al lenguaje musical podríamos muy bien traducir como: puedes versionar tus clásicos favoritos (algo relativamente fácil si se posee buen nivel técnico) pero eso no te garantiza automáticamente que te vayan a salir grandes temas propios, si bien aquí, “La bahía de los tiburones” o “Jimy el triste” apuntan en la buena onda.

La primera sensación que tuve al escuchar estas canciones es que aquí se escondían unos Burning en ciernes (todo un elogio) que vienen a poblar el gris panorama actual de nuevos personajes, ángel de cuero y perfil de navaja, como cantaba Ramoncín, deliciosos macarras como Johnny el Seco, Jim Dinamita, Jack Gasolina… inolvidables. El lado salvaje, un buen espejo donde reflejarse para enjuagar este tiempo oscuro de esclavos sonrientes de los escaparates publicitarios. Siempre serán buenos tiempos para el Rock’n’Roll con bandas como ésta.

Fran Llorente

RHESUS – Espiral de dolor (Independiente/Edita Discos)

Otra sorpresa llega a mis manos; tanta calidad dentro de la piel de toro da pie a bandas como Rhesus. El disco colma las expectativas de todo seguidor del Metal actual. Un CD repleto de curro cuyo resultado es excelente, contando con el trabajo de las manos de Carlos Santos, conocedor de sobra del estilo al que se enfrentaba ya que estuvo junto a Terroristars.

Rhesus ofrece algo original. Su teclista da una dimensión diferente a las composiciones, un toque –por qué no- arriesgado; escucha «Soy lo peor», un tema crudo que acaba quedando con un fondo muy sinfónico. Ese mismo teclado sirve para meter algo más cercano a lo Industrial junto a las guitarras contundentes (pero consistentes en melodías), ya que la voz de Berse lo pide así en buena parte del redondo, como comprobarás en «Mírame». Nos encontramos fantásticas composiciones como «No más fe», donde la guitarra española de Fran queda sublime y los cambios de ritmo la hacen brutal, de las mejores del disco.

Han colaborado muchas personas que han conseguido aderezar un trabajo repleto de vitalidad y buenas ideas, consiguiendo obtener un sonido muy personal. Han masterizado con Mika Jussila en Finlandia, el cual ha pillado muy bien el sonido de las bandas de aquí, dándole el brillo final que pedía la grabación.

Buenas letras, unas un tanto sarcásticas -«Serial killer» o «Bondage»- pero en un tono reflexivo. No dudes que te tocan muy dentro y son sensaciones que en algún momento se pasan por la cabeza de uno de nosotros: El dolor de un alma atormentada; momentos de la vida. Ahora solo queda verles en directo, seguro que darán que hablar, geniales.

David Calderón

ZYCLOPE – Tres (ExpoRock Music)

Hacía tiempo que no escuchábamos un álbum rayar a tan gran altura. Con total seguridad, el tercer trabajo de estos madrileños tendrá el honor de ser uno de los tres mejores de Rock del pasado año. “Tres” esconde atmósferas muy especiales y demuestra una irrenunciable querencia por el buen gusto y las melodías perfectamente hilvanadas. Zyclople está capitaneado por Juan Olmos a los teclados y voz (un estajanovista de la profesión, con largo currículo a sus espaldas: Requiem, Krym, Fusión, Errol Flyn, La Quinta del Contado, Los Duendes de Marga… y más recientemente Punto de Mira, junto al inefable Javier Mira, otro que tal baila: Tritón, Geyser, Algo Salvaje, Voodoo…) y Nacho Ortiz, un sibarita de las seis cuerdas, y desde luego hacía mucho tiempo que no contemplábamos unas guitarras y unos teclados tan redondos, y unas estructuras tan bien trabajadas como lo están las armonías de este magnífico plástico. Con gusto exquisito van fluyendo unas canciones majestuosas que proyectan los mejores aromas del Rock Progresivo y Sinfónico, con estación de partida en Vangelis y Alan Parsons (dos referencias de primer orden, muy apreciadas por Juan Olmos), parada intermedia en Genesis y final apoteósico en Pink Floyd (“Agua”), eso sin olvidar al Satriani más exquisito y sideral. Y los amantes del Pop español radiante y glamouroso seguro encontrarán finas pinceladas de Tino Casal (“Genio sin techo”) o Alberto Comesaña (“No pensar”, “Íntimo II”). Al fin y al cabo, las influencias de David Bowie o del malogrado Jeff Buckley son compartidas por todos. Los amantes de la buena música pueden tomar nota de este disco, comparar y sacar sus propias conclusiones.

Fran Llorente