Menudo año 2024 el de Berkana, una alicantina de Orihuela que está revolucionando el Rock español con matrícula femenina. El ciclo comenzó con el lanzamiento de tres sencillos –“Como el agua”, el muy comercial “Kuki de colección” y “Desde el infierno”-, mientras la vocalista empezaba a multiplicar sus apariciones en los medios especializados y su cara se convertía en habitual de la escena rockera madrileña. Había llegado por fin la hora de una intérprete de raza con ganas de encabezar un proyecto con su propio alias y personalidad. Rock Duro femenino en castellano, con canciones muy elaboradas y la seguridad que otorgan a Isabel la madurez de su edad y una experimentada trayectoria previa en otros proyectos.

La apuesta por una vocalista con sus características no ha resultado anecdótica ni un mero juego industrial, aunque la planificación de la jugada se ha revelado muy acertada. Berkana ha grabado su debutante “Sonido y Silencio” con “Kolibrí” Díaz, guitarrista de Marea y un productor de primera línea, quien además firmó la masterización y le hizo un punteo para “Como el agua”. Junto a él estuvieron en sus Estudios Sonido RS de la localidad navarra de Orikain una serie de músicos que apoyaron la grabación con sus guitarras (Carlos Silva), bajos (Rubén Pérez “Neno”, también arreglista de los temas) y baterías (Salva Marqui). El ingeniero de sonido fue Jesús Martín Chocarro “Txutxín”, que completaba así un equipo de confianza que no obstante no estaría apoyando en vivo a la cantante.

Con su autoeditado CD en las manos, esta especie de Pat Benatar local que es Berkana ha aparecido en los últimos seis meses en todo tipo de soportes de prensa, televisión, radio y redes sociales y digitales -muchas veces para un público general-, además de aplicarse con enorme profesionalidad en una gira que no le ha hecho ascos a cualquier opción de subirse al escenario con Los Seminuevos, su banda de apoyo. “Un grupo de “yayos”, pero “yayos” de verdad”, me han dicho en más de una ocasión. Y en efecto, sus compañeros de viaje en directo no son precisamente jóvenes alumnos de una escuela de instrumentistas -si acaso profesores o directamente propietarios de la academia-, pero el experimento ha funcionado y hoy día no se concibe a Berkana sin sus veteranos escoltas musicales.

Las once composiciones de “Sonido y Silencio” nacen del talento en las letras y músicas de la propia Berkana, lo que desde luego supone un caso inédito en el panorama musical español. Esta cantautora rockera domina las tablas con un aplomo y desenvoltura evidentes y parece llamada a coronarse en un podio que ha estado demasiado tiempo vacío. La oficina de contratación de Isabel ha demostrado que la inversión económica y logística en promoción es absolutamente necesaria para ponerse en el tablero y entrar en el juego y hay expectación respecto a cuáles serán sus siguientes pasos en la escalera de su crecimiento artístico y vocal.

Leo Cebrián Sanz