Tres discos en tres años, cierto baile de músicos y un rodaje en directo que ha puesto las cosas en su sitio. Lo que antes era experimentación ahora es coordinación y unidad de destino. Para empezar, Nurcry ha decidido reelaborar el concepto para abandonar las dependencias externas de las colaboraciones. Ha habido algún cambio en la formación -como la incorporación del nuevo batería Jasón-, pero el grupo se ha cohesionado como nunca y ya no concebimos su música sin las guitarras de Manu Acilu y Juanjo Alcaraz, el bajo de Pedro Díaz “Peri”, la voz de Kike Fuentes y la dirección -ya no tan en la sombra- de Ángel Gutiérrez, el compositor, guitarrista, director musical y artífice del proyecto.
“Renacer” tiene la duración de un antiguo CD -doce temas y la pista extra de “Cuestión de Rock ‘n Roll”- porque hay mucha música en cantidad y calidad en este nuevo trabajo de la banda. Casi una hora de Power Metal en castellano en sus diferentes variedades y derivas musicales, que toma como límites el Hard Rock y el Heavy Metal para probar de aquí y de allá.
El sencillo del álbum es el tema “Megalomanía”, toda una crítica directa y explícita a la dictadura social de las redes digitales. Podría ser una composición de Warcry o los Avalanch intermedios, pero lo firma un sexteto que cada vez apunta más a la renovación natural en la nómina del Power patrio.
La segunda composición más comercialmente potente es “Galileo”, un argumento de corte histórico que recupera la histórica figura de Galilei para ejemplificar la lucha de un hombre contra el sistema. Y tras un científico considerado poco menos que hereje es inevitable referirse a las “7 Brujas” de la undécima pista del CD, un viaje por el Metal español de los años 90 y 2000 más clásico en fondo y forma.
El nuevo capítulo de destacados llegará en breve con un tercer videoclip, esta vez dedicado a “Indomable”, una pista de formas ortodoxas y el argumento que justifica la ecuestre portada de este álbum: tres caballos fantasmales cabalgando hacia el exterior de las manecillas de un reloj. Como vemos, no faltan incentivos concretos en esta entretenida colección de partituras y letras que toman su inspiración de fuentes por lo general muy clásicas y reconocibles.
“Salto al vacío” tiene todas las trazas de un homenaje indirecto a Iron Maiden y su maestría en la cabalgada de las guitarras, mientras que “Bella luna” resulta poética y lírica, sin apearse por ello de un ritmo constante al que ambienta una cavernaria y misteriosa voz en off para el recitado de una apostilla. Esa misma voz es la que introduce el credo identitario de “Cuestión de Rock ‘n Roll”.
“Niño invisible” es un buen ejemplo del enfoque más social y realista en los asuntos abordados por Nurcry, una línea de trabajo ésta que nos gustaría ver reforzada en sus siguientes movimientos. Esta vez los textos apuntan a la denuncia de la infancia malograda o incomprendida, con un mensaje de autoayuda para salir adelante frente a los problemas.
“Salvajes” mantiene el momento “valle” de la escucha con un doblaje vocal que una vez más revela el importantísimo papel de Kike en la definición artística de Nurcry. Definitivamente, sin su talento interpretativo nada de esto sonaría igual. Su sucesiva “Fénix” mantiene el tono y prepara a la audiencia para encarar una última parte de auténtica pirotecnia musical.
Por su parte, “Grita al cielo” es un delicioso medio tiempo que en la parte final se acelera hasta soltar toda su tensión dramática en un último tramo pleno de fuerza y sentimiento. “Ciego errante” sostiene la apuesta por dotar de melodía a la experiencia del Metal más armónico y contenido. “Eterna oscuridad” funciona bien como cierre del conjunto oficial -recordemos que hay un «regalo» añadido-, ya exhaustos de esta entrega tan colectiva y generosa que siempre encontramos en Nurcry.
Leo Cebrián Sanz