El 19 de mayo de 1992 Def Leppard, con la reciente incorporación del guitarrista Vivian Campbell (DIO, Whitesnake) y estrenando el LP “Adrenalize”, quiso hacer una serie de conciertos por Europa en recintos de pequeña o mediana capacidad. Tuvimos la gran suerte de que la sala Canciller de Madrid fuese una de las elegidas. En una entrada previa ya te mostramos la crónica detallada, firmada por Fernando Sánchez, de una noche genial y sudorosa (https://losmejoresrock.com/def-leppard-en-la-sala-canciller-de-madrid). Hoy toca un artículo breve que escribió Jon Marin en el ‘número 2’ de Los+Mejores.


Si te dicen que una banda de Rock tiene por batería a un manco, suena a chiste. Si te dicen que una banda de Rock sigue sonando igual de bien a pesar de la muerte de uno de sus guitarras, suena a chiste de mal gusto.

Def Leppard no son un chiste. Asumidas las ayudas técnicas, no cabe la menor duda de que están en el elenco de los mejores. Demostrarlo en un ‘concierto de club’ es prueba más que suficiente para convencer al más duro de los críticos.

Mereció la pena acabar duchados en sudor. Por cierto, ¿de verdad no vendísteis más entradas de las permitidas para los metros cuadrados que nos quedaron, tras acotar ese vasto espacio destinado al no presente elenco de periodistas internacionales que iban a presenciar el segundo show del grupo? (He dicho bien, se estrenaron en el McGonables de Dublín el 15 de abril).

A partir de aquí, todo serían elogios y mejor no redundar. Gracias, Leps; gracias, dioses.