Delain se ha convertido en uno de los exponentes más reconocidos de la prolífica ola de metal sinfónico neerlandés. Para continuar con su ascenso a la fama mundial, ha mirado al cielo y se ha bañado en la luna para su álbum más reciente, ‘Moonbathers‘. Hasta ahora, todos los discos de la agrupación han sido muy bien recibidos, por lo que ‘Moonbathers’ llega con expectativas muy altas.
por Frank Díaz
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Delain lanzó su primer álbum, ‘Lucidity’, hace diez años. En ese entonces, la banda era un proyecto colaborativo dirigido por el exteclista de Within Temptation, Martjin Westerholt y la vocalista Charlotte Wessels, en el que participaban varios músicos de bandas reconocidas. Ahora, ese proyecto se ha convertido en una banda de metal sinfónico sólida que, aunque ha tenido muchos movimientos en su alineación, solamente se ha topado con éxitos. El último de estos es el álbum ‘Moonbathers’, que llega en medio de una extensa gira.
En general, la música de ‘Moonbathers’ conserva las características de todos los álbumes anteriores de Delain: canciones cortas, coros pegajosos y tono optimista. Sin embargo, es un álbum que tiene mucha variedad. Hay algunas piezas sinfónicas y bombásticas, como las de sus primeros dos discos, y otras góticas e industriales, como las de sus álbumes más recientes. Todas ellas están envueltas en una atmósfera seria, pero muy positiva. En ‘Moonbathers’ se nota mucho que a cada uno de los integrantes de Delain le fascina lo que hace. Muy pocos álbumes logran transmitir esa sensación.
El tema general de las letras es la idea de que el ser humano es la criatura más maravillosa de la Tierra, pero también la más destructiva. En este contexto, existe un conflicto latente entre la lucha de contra demonios internos y la liberación de los mismos.
Delain ahora tiene dos guitarristas y se nota. ‘Moonbathers’ tiene mucha guitarra. En canciones como «The Glory and the Scum» se pueden apreciar distintas dinámicas entre las guitarras. Por un lado, hay riffs muy rítmicos y percusivos, pero por otro hay pasajes muy melódicos. Aunque los solos de Timo Sommers son muy característicos, en los momentos en que la nueva guitarrista, Merel Bechtold, entra a jugar, la amalgama es tan buena que es difícil notar quién está tocando qué.
‘Moonbathers’ tiene pasajes orquestales muy interesantes. Los que más destacan son los de la primera canción, «Hands of Gold», y la última, «The Monarch». Definitivamente, le regresan a la banda ese elemento sinfónico que había perdido en su trabajo pasado, ‘The Human Contradiction’. En este orden de ideas, Martjin Westerholt, balancea muy bien el uso del teclado como sustituto de orquesta y como instrumento con sonido propio. En canciones como la pegajosa «Suckerpunch» se puede oír a Westerholt lucirse con sonidos electrónicos en ciertas partes y orquestales en otras.
Hay mucho que decir sobre la voz en ‘Moonbathers’. Charlotte Wessels canta mejor en cada álbum que graba. Con su timbre nasal y dulce, Charlotte maneja cada nota con una soltura maravillosa. En tracks como «Hands of Gold» da unos golpes de voz impresionantes. Al mismo tiempo, en canciones como «Chrysalis – The Last Breath» y «Danse Macabre», saca a relucir sus notas más suaves y etéreas.
Otro elemento nuevo en la música de Delain son los coros del guitarrista, Timo. Son de un gusto extraordinario. En la rola que más se notan es «Turn the Lights Out», una pieza con una melodía muy bonita y el espíritu de los clásicos de la banda.
Entre las piezas que aparecen en ‘Moonbathers’ hay una radicalmente distinta a todas las demás. Esta es nada más y nada menos que «Scandal», un cover de Queen. Esta versión proyecta la frescura y buen rollo que hay dentro de Delain en este momento. Se nota que el grupo se divirtió mucho grabando esta canción, que les quedó de lujo.
En mi opinión, el único defecto que tiene ‘Moonbathers’ es que, por alguna razón que no puedo identificar, es muy poco memorable. Las canciones tienen buenas melodías, buenas letras, buenos ganchos y buena intensidad. Aún así, no aparece como nada extraordinario. Incluso la colaboración de la talentosísima Alissa White-Gluz en «Hands of Gold» pasa sin pena ni gloria.
A pesar de perderse entre los otros lanzamientos de Delain, ‘Moonbathers’ es un álbum con muy buenas canciones, que se pasa como agua y conserva la frescura de una banda que da para mucho. Es un magnífico entremés para los lanzamientos del último cuarto de 2016, que prometen mucho.
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