El pasado verano la editorial Chelsea Ediciones nos obsequió con dos libros de su colección de ensayos sobre música. Uno de ellos fue este volumen dedicado a uno de los grupos que primero hizo música “fuerte” en España: Los Salvajes. “Es la Edad. Tocando los Tambores con Los Salvajes” está escrito por su batería, Delfín Fernández. Fue publicado en el complicado año 2020 y se presentó en Barcelona un año después entre las medidas cautelares provocadas por la emergencia sanitaria, por lo que es ahora cuando está siendo valorado y redescubierto por los coleccionistas de literatura rockera de no ficción.
A lo largo de 112 páginas, el percusionista del conjunto catalán hace un repaso por la trayectoria de este grupo al que muchos siempre identificaron con sus versiones de The Rolling Stones, con frecuencia adjudicadas a ellos mismos en su adaptación al castellano. La figura de su cantante Gaby Alegret ha sido muy reivindicada en los últimos años en varios libros que han abordado su condición de manager de grupos heavies. Con anterioridad, una emblemática entrevista en la revista Jotdown le había revelado como un personaje absoluto en el negocio de la industria musical nacional.
Tras un prólogo de Diego R.J. se despliega un enorme aparato gráfico que ayuda a contextualizar los años 60 en la capital catalana. Los inicios de Los Salvajes en 1964 marcaron una aventura excitante de ruptura estética y musical a la vanguardia del Pop de la época, que muestra a unos jóvenes músicos con ganas de comerse el mundo. Empezaron a hacerlo por Alemania, como The Beatles, donde aprendieron y perfeccionaron los rudimentos de la música que revolucionaba el planeta entero.
De regreso a España, Gaby y sus compañeros se emplearon a fondo con su propio registro, al que endurecieron con el llamado “Sonido mosca”. Esta especie de zumbido definía su osadía artística y era la extensión musical de una actitud gamberra y peligrosa -bien es cierto que más por inesperada que por lesiva-.
La calidad del papel y la impresión de las fotografías permiten viajar en el tiempo y recuperar el espíritu de aquellos años en que “Es la edad” podía llegar a ser -como así ocurrió- todo un himno generacional. El editor en persona, Álex Cooper -cantante de Los Flechazos y Cooper- nos explicó su emoción al encontrar en el Arxiu Nacional de Catalunya parte del material gráfico inédito que se plasma en el libro.
Esta parte visual se revela especialmente poderosa cuando se analiza el paso de Los Salvajes al universo del Pop-Art, la psicodelia… y hasta el sitar. La banda lo dejó una década entera al comenzar los años 70, pero aún continuó muchos años haciendo de las suyas e incluso llegó a coquetear con el Rock Duro con una formación en la que estaban dos Tigres: el guitarrista Albert Pont y David Biosca. Queda mucho por descubrir y contar de Los Salvajes, sin duda… ¿Para cuándo una segunda parte?
Leo Cebrián Sanz