Todos las temporadas hay una formación que se consagra en el año en curso dentro del Rocktizaje, ese género híbrido al que ya consideramos amigo y compañero de viaje en tantos y tantos festivales y eventos abiertos a la mezcla de estilos. El pasado 2015 culminó con la subida a los altares de la alternatividad de Mafalda, la numerosa cuadrilla levantina en la que se combinan dos voces femeninas y una masculina. Este ciclo que ya termina los vencedores naturales de este latido subterráneo han sido Lágrimas de Sangre, a los que muchos conocen también por sus siglas: LDS.
Rap, Reggae, electrónica y Rock son los elementos de esta banda que en los últimos meses ha arrasado en Cataluña y el País Vasco. El quinteto procede de la región del Maresme y Barcelona, y está compuesta por las identidades de Microbio, Neidos, Still ill, Acid Lemon y RamaLama. Su segundo disco se publicó el pasado 11 de noviembre con el título de «Viridarquia», editado por New Beats/Kasba. El álbum que les ha consagrado entre el público más joven ha sido «Si uno no se rinde», también registrado en 2016. Antes fue «RME» la grabación con la que comenzaron su construcción como colectivo artístico.
Conviene saber quiénes son LDS, porque van a tomarle el pulso a La Raíz, Los (ya extintos) Chikos del Maíz y toda una serie de artistas representativos de la generación nacida con y tras el 15M. Este semana han presentado el segundo videoclip de su nuevo repertorio. «La gente» ha sido rodado en localizaciones de Maliaño (Cantabria) y los barrios barceloneses de Gracia y Vallarca y presenta cuatro historias entrelazadas en las que el llanto sirve como hilo conductor.
El festival Viñarock se ha marcado un tanto al anunciarles con profusión tipográfica como parte del tercer adelanto de su cartel. Estarán en el escenario dedicado al Reggae, junto a otros grandes desconocidos para la audiencia rockera como Green Valley -clásicos insustituibles en los macrofestivales de fusión y convivencia-.
Leo Cebrián Sanz