Hay varias bandas con este mismo nombre, pero los Aquelarre que hoy nos interesan son los que hacen eso que ellos mismos autodenominan Powercore, una categoría híbrida que al menos por estos pagos nunca habíamos detectado. Las cuatro canciones que componen su EP «Aldebarán» son «Alimentando el dolor», «Santa», «Buitres» y «Polaris», y suponen la continuación natural del que publicaron hace unos meses: «Antares», primer fragmento de un arriesgado emprendimiento de varios capítulos.

Con anterioridad a su actual propósito Aquelarre debutó en 2014 con ‘Requiescat in Pace’, un álbum de siete canciones, y dos años después llegó ‘Tempo’, integrado por doce nuevas composiciones. Antes de la pandemia, en 2019, sumaron una obra completa más a su legado: ‘Suevia’, con una decena de temas individuales. La discografía el grupo se completa con el single «Años 80» (2023), su versión del clásico Pop de Los Piratas.

Volviendo a la actualidad, cabe resaltar que «Aldebarán» es el segundo EP de un proyecto de cuatro entregas titulado «Versus». Las siguientes aportaciones serán las nominadas ‘Regulus’ y ‘Formalhaut’, que terminarán por definir del todo esta «exploración independiente de los extremos emocionales y musicales que caracterizan a Aquelarre». Las colaboraciones ajenas en cada una de las unidades del conjunto son importantes a la hora de dar entidad al concepto, por lo que han recurrido a Mileth, Ana y Dani G -productor además de los EPs desde los estudios Dynamita- de Last Days of Eden, Mero Mero -de Vita Imana- y Giacomo Voli, de los italianos Rhapsody of Fire, a quienes por cierto han llegado a telonear.

La fuerza del Metal y el predominio de las melodías definen el espíritu de este trabajo tan cuidado y planificado. Detrás de él están Icko Viqueira (voz), Cristóbal Otero y Nyxel Viqueira (guitarras), Byktor Gómez (bajo) y David Castro (batería). Su aventura comenzó en 2012 desde la ciudad gallega de Vigo y a fe que están desarrollando una evolución constante y regular. Esta progresión debería facilitarles cruzar las fronteras de su área de influencia, para poder compartir así su visión de la música más dura y emocional ante un público especializado que sepa valorar el esfuerzo de sus letras en castellano y la intrincada técnica de sus partituras.

Leo Cebrián Sanz