El guitarrista y ocasional cantante Patxi Luque ha apostado fuerte con su primer disco en solitario, ya que ‘Love & Hate’ contiene diez composiciones que retratan a la perfección su talento para la composición e interpretación de sus propios temas. Las dos canciones que han tenido la consideración de singles han sido “Siempre estaré aquí” y ‘Roller coaster’, aunque otras dos ya las conocíamos de su EP ‘My Way’, publicado en 2024: la homónima que daba título a este formato de dos pistas -esta vez en una versión ‘Reimagined’- y “Mi sangre”, también “reimaginada” para la ocasión.   

El resto de los títulos individuales es el conformado por la inicial ‘Welcome to the real world’ (con una intro de teclados de Alejandro Espinosa), “Dejadme respirar”, ‘Love & Hate’, ‘Hey crew!!!’, “Mi veneno” y la balada final “No estoy hoy”. Todos están interpretados en castellano, salvo ‘Roller coaster’ -en inglés- y obviamente aquellos que son instrumentales: ‘Welcome…’, ‘Love…’, ‘Hey crew!!’ -salvo la divertida parte de las arengas- y la ya conocida ‘My way”.

La producción ha sido realizada por el guitarrista y vocalista que firma el álbum, quien ha contado con la colaboración de varios músicos invitados. Uno de ellos ha sido el prestigioso productor y “seis cuerdas” Pedro J. Monge, titular en Vhäldemar y que ha aportado su guitarra rítmica, además de baterías, bajos, sintetizadores y arreglos. También ha tocado la guitarra solista en el final del tema “Mi veneno” e incluso es coautor del trabajo fotográfico junto a Iker Aizkorbe, por lo que su sello está más que presente en la obra. De hecho, Monge ha compartido con Aitor Ruiz el trabajo de grabación, mezcla y masterización en sus propios Chromaticity Studios de la vizcaína localidad de Asua.

Atentos asimismo a la cuadrilla de colaboradores en los coros, ya que tras Iban Herzog, Eneko Sagastume, Óscar Rodríguez y Mikel Feijoo nos sorprende el nombre propio de Iñaki Munita, batería de la primera etapa de Ángeles del Infierno. Junto a su particular «director de orquesta» han ayudado a dar cobertura vocal a esta demostración de maestría guitarrera, que tiende a las duraciones largas cuando de «soltar dedos» se trata y reduce su minutado y se concentra en el concepto de «canción» si lo que se pretende es conseguir un efecto más inmediato y comercial.

Leo Cebrián Sanz