Muchos desconocedores de México y sus costumbres creen que el tequila es una bebida fuerte y explosiva que sólo sirve para pasar un ‘mal trago’ y acelerar la borrachera. Pero, como los vinos, hay muchísimas variedades de tequila: desde aquellas que no son cien por cien de agave y es mejor que las reserves para hacer margaritas y otros cócteles, hasta auténticas joyas, de precios exclusivos, que más te vale degustar en caballito o copa a breves y pausados sorbos, sin mezclar, sin limón ni sal u otros inventos turísticos. Hasta hace unos pocos años, el mezcal –otra variedad que también se extrae del agave- estaba considerado como algo de menor nivel que el tequila, pero últimamente los productores se han puesto las pilas y lo han colocado a la altura del otro con variedades que igualan o superan los precios de la bebida mexicana más conocida.
Sirve esta breve y poco profunda explicación para anunciar que Sammy Hagar, tan buen empresario como músico, parece haberse dado cuenta del hecho y se le ha ocurrido la -¿atrevida?- idea de mezclar uno y otro y lanzar al mercado el «mezquila«.
Junto a Adam Levine (Maroon 5), Sammy anuncia el lanzamiento del mezquila «Santo», una mezcla de tequila 100% de agave azul con mezcal de agave espadín o vivipara.
Se les ocurrió una noche que Levine y Haggar estaban en el local de éste último, el Cabo Wabo de Cabo San Lucas (México), han trabajado dos años en el proyecto y, ya anunciado, dice el cantante y guitarrista: «Cuando empezamos a saborear las diferentes mezclas, sabíamos que teníamos algo especial que la gente amaría.»
Adam Levine lo vende así: «El mezquila Santo tiene ese suave y rico sabor del tequila de agave con el toque de dulzura ahumada que sólo puedes encontrar en el mezcal».
«Santo», producido en las destilerías El Viejito de Jalisco, comenzará a distribuirse en selectos mercados sólo de Estados Unidos, en principio.
Jon Marin
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