El Rock español sigue protagonizando su propio destino gracias a la permanente renovación de bandas. Hay mucha competencia, pero The Night Transmission ofrece una cierta variante respecto a los patrones habituales que mezclan Rock clásico, Rock Urbano y Punk. Funcionan desde 2013 , aunque la génesis del proyecto hay que buscarla en la ciudad italiana de Turín, donde su guitarrista y cantante Mark Shores comienza a componer canciones en solitario. Fruto de su inspiración fue su primer disco: ‘La dolce vita’, que editó el sello bilbaíno Brixton Records, con un repertorio mixto de castellano e inglés.
A finales de 2014 su regreso a Madrid marca el inicio de la búsqueda de nuevos compañeros de batalla. El primero en llegar es el bajista José Marín, con quien opta por la fórmula del cuarteto con saxo invitado. Un año después publican una maqueta titulada «Fugándonos al pasado», preludio sonoro de su reciente «Zombie urbano», que confirma la elección del castellano como lengua vehicular. Su evolución natural les hace sonar ahora mucho más consecuentes con las letras que componen, ya que éstas son profundamente cotidianas y urbanas, a la par que personales y oníricas cuando indagan en sentimientos o visiones más profundas. El mensaje de su single homónimo es toda una divertida proclama en contra de las redes sociales y el abuso de la tecnología.
El álbum, publicado en 2016 por la misma marca, les abocó provisionalmente a una reducción al formato de trío. De cara a su presentación en directo vuelven a ser cuatro músicos en escena: Shores, Marín, el guitarrista Alberto Ruiz y el batería Guillaume Duval. Otros compañeros han pasado por la formación, pero The Night Transmission parecen abocados a esta nueva configuración. Su nota de prensa cita a inspiradores como los americanos Social Distortion (a cuyo líder dedican ‘Ness Distortion’) o el totémico Johnny Thunders, pero nosotros vemos unas influencias mucho más locales y cercanas.
Leo Cebrián Sanz