Quedan apenas tres semanas, pero aún estamos a tiempo de disfrutar de una de las exposiciones relacionadas con la música más interesantes que se han organizado en España en el ya difunto 2016. La muestra «1, 2, 3… ¡grabando! Una historia del registro musical» permanecerá abierta hasta el próximo 22 de enero en el madrileño Espacio Fundación Telefónica , donde ha permanecido desde el pasado 20 de octubre.
Este recorrido por la historia de la huella sonora es una opción muy recomendable para todos aquellos que trabajan en la industria de la grabación y difusión musical. La exposición esta dividida en tres ámbitos: «Orígenes», «Revolución sonora» y «Suena en digital». Cada una de ellas muestra numerosos ejemplos de las técnicas y aparatos que poco a poco fueron mejorando la captación, grabación y reproducción del sonido.
Por fortuna no se trata de una de esas expos que forman parte del circuito internacional del arte y la divulgación cultural, y que siempre pecan de uniformidad y globalización. Muy al contrario, buena parte de los fondos expuestos proceden del Museo de la Radio, creado por el locutor Luis del Olmo, y del Museu de la Música de la capital catalana.
Nuestro primer rincón favorito es aquel que recrea la introducción del disco de vinilo como parte del ocio cotidiano a comienzos de los años 60 en España. Una enorme foto de un desenfreno ye-yé preside una instalación a la que pone fondo la canción «Flamenco», de Los Brincos. El legendario «comediscos» para singles, nuestro juguete favorito a mediados de los 70, forma parte también de la escenografía.
El segundo de los elegidos es una instalación muy original sobre la decoración casera de los cassettes y su manipulación doméstica en todo tipo de presentaciones personalizadas. El concepto es muy similar al del libro «Gracias por la música. Portadas de CD y cassette hechas en casa», editado hace años por Belleza Infinita.
Finalmente, un estudio de grabación toda regla sitúa al visitante frente al mágico momento en que se inmortaliza el talento de un artista. Sendos vídeos de The Rolling Stones y The Beach Boys dan fe del clima que se produce cuando llega la hora de la verdad y el músico ha de plasmar en un soporte real todas sus horas de esfuerzo en el local de ensayo.
Hay mucho más por descubrir en este apasionante viaje por la evolución del sonido capturado, pero no queremos finalizar sin dejar constancia de dos ausencias fácilmente subsanables: los cartuchos de ocho pistas que popularizaron los camioneros españoles como alternativa previa a las cintas, y el aparatoso laser-disc, otro de esos intentos frustrados de la industria del entretenimiento por introducir formatos que no terminan de cuajar,
Leo Cebrián Sanz
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