Madrid– Sala But– 04.01.2019

Siempre hay un reducto en el que aislarse del consumismo propio de las fechas previas a la fiesta de Reyes. Las inmediaciones del metro Tribunal estaban llenas de viandantes que deambulaban cargados de bolsas con unas compras que dejan tiritando la paga extra de diciembre. Acababan de abrir las puertas en la sala But y no había casi ambiente de concierto, a pesar de que las entradas se encontraban agotadas.

El caso es que entre las horas tempraneras de los conciertos, los atascos de la gran ciudad y la querencia del personal hacia los bares de la zona, la sala tardó en llenarse. En general, hay poca predisposición del público para descubrir bandas nuevas, aunque Gaupasa salió al escenario sin complejos y logró conquistar a los presentes desde el inicio y a los que se iban incorporando durante su actuación.

Algunas bandas emergentes salen al escenario casi pidiendo perdón, en una jungla en la que la competencia –sana o no- devora proyectos constantemente. No es el caso de los madrileños, que realizaron un show muy entretenido en el que las letras combativas, acorde con la velada, se fundieron con una descarga marchosa de Punk y Ska, siempre agradecida para entrar en calor.

Tras el acondicionamiento del escenario, extremadamente rápido teniendo en cuenta que se montó la batería completa de Tripi, salieron al escenario Evaristo y sus chicos con la habitual sintonía de la película “El Padrino”.

Gatillazo sigue levantando expectación a pesar de que la banda actúa de forma habitual en las fiestas populares de Madrid. El combo vasco ofrece Punk Rock a todo trapo durante más de hora y media, sin florituras, sólo como incentivo para una catarsis colectiva en la que compartir episodios de injusticia y de las evidentes contradicciones de un capitalismo que devora a los más débiles.

Evaristo sigue conservando sus dotes de showman. Atesora una actitud y frenetismo impropio tras una carrera intensa y llena de excesos que se inició a finales de los 70 (anécdotas relatadas en “Qué dura es la vida del artista”, publicado recientemente por Desacorde Ediciones). El vocalista acepta con deportividad la constante subida al escenario de fans e, incluso, es capaz de recoger algún objeto perdido para devolvérselo a su legítimo dueño. No para de gesticular, moverse, dar la mano a los sufridos ocupantes de las primeras filas y desplegar su sarcasmo ante una marea de pogos.

Además, no exprime con descaro las rentas de La Polla Récords, ya que el grupo basa sus conciertos en temas propios que calan hondo en sus fans, especialmente aquellos que pagan su ticket para disfrutar del concierto en salas. Fueron muy celebradas “La última patada”, “Esclavos del siglo XXI”, “Fóllate al líder”, o “La del oeste.

Los más veteranos esbozamos una sonrisa al disfrutar de contados hits de La Polla Records, salpicados entre el repertorio, a saber: “Lucky man for you”, “Porno en acción”, “Txus”, “Johnny” y “Odio los partidos”, canción que no ha perdido ni un ápice de vigencia.

Evaristo es único hasta en su manera de despedirse, a la francesa, sin grandes autobombos, aunque el personal que acudió al evento quedó plenamente satisfecho. “Evaristo nunca defrauda”, era un comentario habitual a la finalización del evento.

Texto y Fotos: Javier del Valle