Cada vez que en esta redacción nos atrevemos con un disco de Post-Rock surge la misma sensación de encontrarnos ante un desafío único. Similares dificultades -que siempre implican retos interesantes- nos las ha proporcionado la escucha de este primer disco de los barceloneses Antier, un dúo que además complica su propuesta con una deriva voluntaria hacia el Rock Progresivo.

Víctor Gil (guitarras) y Santiago Arderiu (batería y voces) han realizado un trabajo conceptual lleno de significaciones simbólicas, que ellos mismos se encargan de describir: «De La Quimera, El Dolor” (2016) es el resultado emocional a la pérdida de un sueño. Una travesía que empieza llena de esperanza, pero a medida que avanza, la desesperación y la debilidad toman presencia y desembocan en la aceptación de un final próspero. Emociones descritas a través de pasajes: desde sueños preciosistas a intensos crescendos que usan la crudeza del spoken word y ritmos trepidantes».

La vocación por experimentar de Antier da como resultado una serie de ocho temas de extraña belleza, que recorren uno a uno la evolución de un mismo sentimiento personal. Hay dos partes de tres canciones en el concepto desarrollado, que culminan con una pista final a modo de conclusión. No es música fácil, ni lo pretende. Abunda la narración vocal directa, propicia para que Antier presente sus composiciones en un teatro con público afín a la literatura o a la performance artística menos convencional.

Por sus créditos les conoceréis, ya que el álbum ha sido producido por Jorge Mur (Obsidian Kingdom) y se ha grabado entre Cal Pau Recordings (Toundra, Viva Belgrado) y Axtudio (Obsidian Kingdom, Crisix), de donde procede la mezcla. Aún hay más… artistas que también nos gustan: Jardín de la Croix, Catorce, Viva Belgrado, Toundra; influencias: La Dispute, GY!BE, Mogwai, mewithoutYou, TWIABP, King Crimson y Tool.

Leo Cebrián Sanz