El impacto de Sangre Azul y el auge del Hard Rock melódico a escala internacional propiciaron, especialmente en Madrid, la aparición de numerosas formaciones que daban tanta importancia a los estribillos y los coros como a los solos de guitarra. La que nos ocupa nació en 1985 y estaba integrada por el cantante Pedro Galindo, los guitarristas Fernando y Miguel Ángel Aza, el bajista Luis Martín y el batería Francisco Navío -más tarde en… ¡Ska-P!-. Todos ellos hacían coros, como correspondía a una banda de sus características.
Su primera demo vio la luz en 1987 e incluyó los títulos “Sin ti”, “No puedo vivir”, “Ya no soy el mismo” y “Desde el fango”. No les dio tiempo a salir de la cabeza de una segunda división del Rock nacional, pero tonadas como la primera de las citadas les granjearon cierta simpatía en su tierra de origen.
El Rock americano “a la europea” marcaba su pauta de composición, aunque en su único disco también incluyeron ‘Cassie’, una versión de Paul Sabú, superguitarrista de cierta repercusión en su momento e hijo de la celebridad cinematográfica de la que tomaba su apellido.
En 1988 grabaron su homónimo álbum en los estudios M-20 del sello Avispa, con los capos Kiko y Carlos a los mandos de la mesa. El propio grupo autofinanció y produjo su debut, lo que ocasionó un sonido que no hacía justicia a sus directos. En general el tratamiento de las voces resultaba un tanto extraño, aun cuando su habilidad para el mimetismo y la cercana inspiración de Sangre Azul les otorgaban algunos puntos a su favor. Podrían pasar por ganadores de un concurso institucional o una revelación de maqueta primorosa. Si algo se echaba en falta era al menos un verdadero productor, ya que quizás confiaron demasiado ciegamente en ellos mismos. Aun así, durante algún tiempo más disfrutaron de sus «Sueños de rock», otro de los temas incluidos en el vinilo.
Su lanzamiento con la etiqueta fue el producto más evidente de una cierta expansión del conglomerado de los hermanos Martínez. Otro nombre propio importante en la breve carrera de Dama Feudal fue el manager Javier Gálvez, quien se hizo con sus derechos de contratación con la intención de que su lozanía redondease carteles de las estrellas más consagradas de su oficina Centro Rock.
El lanzamiento de “Dama Feudal” en LP y cassette fue dedicado a Tierno Galván, el emblemático alcalde de la capital, a quien se sumaron en los agradecimientos muchos otros activos de la cultura, casi todos dedicados al medio en expansión en Madrid en el segundo quinquenio de la década: la radio. Oficiales o «libres» (Las Aguilas, Vilches, etc.), las ondas facilitaron el sueño de cinco chicos muy jóvenes que lucían una estética muy cuidada. Su imagen de flecos, corbatines y camisas de color daba algo de glamour a los grupos españoles de este palo y ya de paso inspiraban a los «jevis» españoles para ir un poco más vestidos en sus compromisos de bodas, bautizos y comuniones.
Leyenda Records reeditó su disco en 2011 con la inclusión de dos maquetas: la que sirvió de tarjeta de presentación y una posterior de 1990 con los temas «Sin nada » y «Luna de cristal», con la que cerrarían el capítulo ante la falta de expectativas de una nueva grabación profesional.
Leo Cebrián Sanz