La revista británica Kerrang! informa de que Bruce Dickinson, cantante de Iron Maiden, acaba de casarse con su novia Leana Dolci, francesa de nacimiento e instructora de fitness de profesión. Desde hace un tiempo viven juntos combinando su tiempo en sus respectivas viviendas de Londres y París.

Bruce dijo sobre sus etapas de residencia en París: «Cuando paseo, todo me sigue pareciendo un poco bohemio, un poco diferente».

El cantante de 65 años no reveló su compromiso con Dolci hasta el reciente mes de marzo.


La segunda esposa de Bruce, Patrice ‘Paddy’ Bowden, fue encontrada muerta en mayo de 2020 en la casa que antes compartían en Chiswick, al oeste de Londres, tras un “trágico accidente casero”, se dijo. Bruce y Paddy se casaron en 1990, después de dos años de noviazgo, y tuvieron tres hijos: Austin, Griffin y Kia. El divorcio entre Bruce y la madre de sus hijos se produjo en 2018.

Se habían casado tras la separación de Bruce de su primera esposa, Erica ‘Jane’ Barnett, sobre la que pesa la famosa anécdota de que le puso los cuernos a Dikinson con Nikki Sixx, bajista de Mötley Crüe. Este matrimonio duró tres años, de 1984 a 1987.

Así contó la historia Sixx en el libro biográfico de Motley Crue ‘The dirt’: “La siguiente semana, viajamos a Inglaterra para tocar unas cuantas fechas para el Monsters of Rock con Van Halen, AC/DC, Dio y una fecha Y&T. La noche que llegamos a Inglaterra, yo estaba acostado en mi cama en un Novotel fuera de Nottingham cuando escuché que tocaban la ventana del baño. Traté de ignorarlo pensando que era mi imaginación, pero seguía. Finalmente, me levanté para ver y descubrí a una bella rubia de largas piernas de pie en la cornisa de afuera. Yo abrí la ventana y ella me miró de arriba a abajo. ‘¿Te importa si entro?’, me preguntó, casual y educada, como si fuera la vecina del barrio entrando a tomar el té de las cinco. Ella, muy delicadamente, entró al baño y preguntó: ‘¿te importaría si me bajo las bragas?’ ‘No, adelante’, respondí quedando desconcertado. A pesar que estaba tratando de parecer normal, nunca había estado tan excitado. ¡Esto es la hostia!’, pensé para mí. Estoy en Inglaterra, la tierra de todas mis bandas favoritas -The Sweet, Slade, Bowie, Queen, Sex Pistols- y viene una chica por la ventana del baño, como en la canción de The Beatles. Ella se quitó las bragas dejándolas colgando de una sola pierna. Yo me senté en el inodoro y ella se sentó encima de mí. Con una mano en el colgador de la toalla y la otra agarrando mi melena, se corrió. Luego se puso de pie, se subió las bragas y me hizo una reverencia. ‘Ha sido un honor’, dijo (…) La noche siguiente nuestro mánager, Doc McGhee, me dijo: ‘Bruce Dickinson quiere conocerte’. Bruce Dickinson era el nuevo cantante de Iron Maiden y, a pesar que su literario y galopante heavy metal, no era mi música favorita, pero él era una leyenda. Entraron a los camerinos y mi corazón se me salió y mis testículos se encogieron… Ahí estaba ella, la chica que se metió por mi ventana la noche anterior. En aquel momento yo no sabía si era la esposa de Bruce Dickinson, su amiga, mánager, asistente personal o qué…”