Hace unos días recordábamos la trayectoria del grupo vasco-francés Caid Deceit y su posterior encarnación en Dyssït y hoy recuperamos la saga del cantante y bajista Juan Carlos “Jika” / J. Karl con su tercer proyecto: Burlesk. El primer lustro de la década de los 90 supuso un cierto cambio de etiqueta en su obra musical, ya que esta vez optó por el Rock Duro Melódico con letras en castellano, pese a ser una formación enclavada en Iparralde, la zona limítrofe con una naturaleza y cultura común.

La década estaba cambiando la música preponderante en el mundo del Hard y en 1991 Burlesk aprovechó un par de eventos para tomar velocidad de crucero desde su propia concepción de cambio estilístico. Una fue su participación en el Ipar-Rock, un festival-concurso de apoyo a la escena local. La otra consistió en su inclusión un año después en la cuarta edición del concurso Villa de Bilbao, para la que prepararon una demo con la que llegaron a la final de su categoría, la de Rock Duro.

Durante su breve periodo de vida la actividad  en directo de Burlesk fue frenética y reflejaba muy bien el activo tejido musical que operaba en todo Euskadi, un lugar donde resultaba fácil tocar, habida cuenta de la cantidad de locales proclives a los festivales solidarios, colectivos y participativos. La banda cantaba sus cosas con guasa e ironía, pero no por ello dejaba de apoyar causas sociales o reivindicativas. Una singularidad del territorio, que no se daba en otros lugares de la península. Por poner un ejemplo de esta simbiosis tan natural entre compromiso y diversión, en 1993 Burlesk aportó su tema “Basta ya” a una cinta de cassette recopilatoria de bandas que interpretaban en euskera.

Los ocho temas de su maqueta del año 92 son los que se han reeditado en este 2023, y a ellos se han sumado tres pistas más: ‘Gure aita’ -¡¡versión en euskera del «Padre Nuestro»!!-, “Qué fácil es” y “Una más”. Todas ellas formaron parte en 1996 de otra colección de bandas emergentes, también en este caso bajo la denominación ya citada de “Ipar Rock”. La portada del CD que recoge todo este legado es obra de J. Karl, un artista muy completo que obviamente se merecía este reconocimiento y la disponibilidad ya efectiva de su obra completa grabada.