El pasado sábado 9 de abril se celebró en la madrileña sala Silikona la presentación del segundo disco de Luis Cruz y la Furgoband: «Con la Música a Otra Parte». El guitarrista vuelve a editarlo con la compañía The Fish Factory y apenas si ha esperado unos días para dar salida a la totalidad de su contenido.

Fue una noche de gala, pero sobre todo de concordia y reunión de amigos. En ese sentido hay que valorar la empatía de los componentes fijos de la Furgoband, que cedieron parte de su protagonismo en aras de un «congreso» histórico de notables del Rock madrileño. El virtuoso guitarrista Luis Rodrigo, el infalible bajista Rafa J. Vegas -la mano derecha de Rosendo- y el batería Pedro Navarro compartieron las tablas con un elenco de invitados e invitada que tira para atrás. En este sentido, nunca estuvieron mejor traídas las interpretaciones de “Dónde están mis amigos” y “Todos a bordo”, dos de los clásicos de Topo.

Además de la vocalista Pilar Machi -en efecto, el apellido no miente- y su compinche el cantante, guitarrista y compositor Javier Barrado, la selección nacional de músicos de altura que acompañó a Luis Cruz fueron el cantante Johan Checa, el guitarrista Juanjo Melero -antiguo Sangre Azul y compañero del anterior en el colectivo Rock con Ñ-, el bajista Carlos Guardado y el guitarrista Eduardo Pinilla -ambos en las filas de Burning durante las últimas décadas-, el batería José Martos -imposible reproducir aquí su extenso currículo- y tres componentes de Topo: los insustituibles José Luis Jiménez y Lele Laina y el batería Jesús Sánchez Almodóvar, quien acompañó con la percusión en varios de los temas.

Las combinaciones y momentos mágicos que se produjeron entre unos y otros convirtieron la noche en un tobogán de sensaciones. Hubo sonidos de Blues en las guitarras y retazos de himnos como ‘Rock & Roll’ o ‘Get back’, ante un público completamente seducido por lo entrañable de la velada. Incluso niños y adolescentes buscaban su sitio por este gran salón de casa que fue esa noche el rincón más musical del barrio de Moratalaz.

Mención aparte se la dedicamos a Tibu, bajista de Banzai en su día y quien poco o nada hizo por el Rock en su etapa de manager multimillonario. Sabido es de su paso por la cárcel y de su libro de “ajuste de cuentas”, pero la generosidad del Rock es tal que fue recibido por sus compañeros con grandes abrazos y una naturalidad no compartida por cierta parte del público.

Una semana después de su estreno en vivo, el disco no está aún disponible para escucha en Spotify -increíble, pero cierto-, por lo que nos limitamos a citar los títulos de sus canciones hasta que nuestro lectoras y lectores juzguen por sí mismos, que a buen seguro lo harán de forma favorable: el que otorga denominación genérica a la grabación, el single de adelanto “Días” y el resto de la colección: “Valentina”, “Nos gusta la gente”, “Calor”, “Gregario”, “Silencio”, “Mi guitarra y yo” y “Como un loco”. “Isla esmeralda” está compuesta en recuerdo de Gary Moore, uno de los guitarristas favoritos de Luis.

El resto del repertorio interpretado bebió de su debut de 2017, ‘Rocker’, del que recordó piezas como la homónima, “Tu destino y el mío”, “Animal” y “Bartolo”, muy jaleada y coreada por el animoso grupo de alumnos de Luis, que se encargó de apoyar al maestro con un amor increíble hacia su docente.

Leo Cebrián Sanz   

Fotografía: Fran Llorente (de izquierda a derecha: Eduardo Pinilla, José Martos, Luis Cruz y Tibu)