DEF LEPPARD – Arena Ciudad de México – 3 de octubre de 2017


por Jon Marin

Fotos: Cihuatl Zúñiga


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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El recinto ‘Arena Ciudad de México’ es un pabellón muy moderno en el que, desde la pista, ya disfrutamos cómodamente de uno de los conciertos de la gira del adiós de Mötley Crüe y esta noche nos esperaba el grupo británico Def Leppard, al que le queda cuerda.

Última tecnología con publicidad y consejos de evacuación desde las numerosas pantallas entre gradas además de la cuadrangular que cuelga del centro del techo. Más pantallas en los pasillos por si sales a cualquiera de los numerosos bares e incluso junto a los espejos de los baños para que no te pierdas ni un segundo de actuación si la cerveza ingerida quiere salir. Amabilidad del personal… En fin, un placer ver un concierto aquí.

La cifra oficial habla de 16.200 seguidores; a golpe de vista, tres cuartos de entrada. La gran mayoría no entró hasta los minutos previos a la salida de Leppard, así que muchos -como nosotros- se perdieron la actuación del trío femenino telonero The Warning, al que dedicaremos un artículo posterior.

Sello enorme para que nadie se cuele

Mesa y ‘set-list’

Como es costumbre, Def Leppard lleva un estudiado y bonito juego de luces acompañado esta vez de una gran pantalla que servía de complemento, bien con imágenes, bien con más juegos luminotécnicos que enriquecían el de los focos.

‘Let’s go’ del disco homónimo y reciente (2015) abrió fuego con un sonido algo saturado que la profesionalidad de los técnicos se encargó de arreglar al siguiente: ‘Animal’, lógicamente mejor recibido por un público tirando a maduro. A muchos no les dio tiempo a quitarse el traje de oficina y de esa guisa asistieron. Todo sea dicho, también había mucho personal atraído por los grandes éxitos y, lo que no fuera del disco ‘Hysteria’, parecía sonarles a chino.

La tercera fue para los de siempre, los veteranos; ‘Let it go’ nos hizo alzar los brazos. No fue la única de ‘High ‘n’ dry’ (1981) que sonó, más tarde enloquecimos con el mejor momento de la noche: ‘Bringin`on the heartbreak’ seguido de ‘Switch 625’.

Antes, tras ‘Dangerous’, llegó otro buen bocado: ‘Foolin´’. Lo demás del redondo ‘Pyromania’ quedaría para los bises. También bailamos con ‘Let´s get rocked’ de ‘Adrenalize’.

Había que rendir homenaje al multiplatino ‘Hysteria’, que celebra su 30º aniversario, así que sonaron ‘Love bites’ y ‘Armageddon it’, y luego caerían ‘Rocket’, ‘Hysteria’ y ‘Pour some sugar on me’, que cerró el listado antes de salir por primera vez del escenario.

Si hay que señalar un momento menos eufórico sería el de, mediado el set, cuando enlazan la versión de David Essex ‘Rock on’ con ‘Man enough’, otra de las más recientes.

Creo que fue Kurt Cobain quien dijo: “Nunca nos ha preocupado demasiado la profesionalidad porque siempre hemos valorado más la energía”. Por fortuna, Def Leppard nada tiene que ver con esa filosofía del Grunge, aunque coquetearon un poco con el estilo en la época del disco ‘Slang’, cuyos temas ya no se asoman a los directos. Repitamos la palabra: Profesionalidad. Es lo que te asegura el grupo de Sheffield, cuyo sonido siempre es espectacular a pesar de las consabidas «ayuditas» desde la mesa, con dos guitarristas de altura que ya casi comparten protagonismo al cincuenta por ciento -Phil Collen y un mejorado Vivian Campbell que vuelve a tener pelo tras prácticamente haber superado el cáncer-, con un Rick Allen queridísimo por el respetable, al que se comían con ovaciones y aplausos cada vez que tomaba protagonismo, y con Rick Savage dándolo todo con aplomo. Los músicos no aburren con solos largos, pero sí tiene cada uno su minutito de protagonismo aprovechando algunas introducciones de ciertos temas. Joe Elliot -la experiencia es un grado- maneja ahora mejor que nunca sus tesituras y las limitaciones de su voz rematando de ese modo un buen trabajo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para el apartado «rosa», como de costumbre, mucha bandera británica en los atuendos y pañuelos de los protagonistas y, aunque alguno se hizo la ilusión de que era un guiño a México, Campbell reclamaba su origen irlandés (aunque es de la del Norte) con un parche de la bandera de aquella república. Una banda era naranja, no roja. Joe Elliot, a lo Coverdale, nos mostró tres atuendos diferentes a lo largo del show.

El frontman quiso agradar a los mexicanos con comentarios en español, pero poco más de «mi español, poquito» lograba soltar. Y sí, llegó un breve y esperado discurso en castellano pero ayudado por un papel, del que sobresalió: «Def Leppard está en estos momentos difíciles con los héroes que ayudaron a salvar vidas. ¡Fuerza México!»

Retirada, como comentábamos, tras ‘Pour some sugar on me’ y, aunque no fue muy coreada y jaleada su vuelta a las tablas (me extrañó esa poca actitud del público), el guión se cumple y nuevo regalo para los que no somos «pijos» ni «fresas»: ‘Rock of ages’ y ‘Photograph’ rematan un concierto bonito, divertido, hecho con -repitamos- profesionalidad absoluta, pero que dejó sensación de corto. Servidor no se conforma con recitales de diecisiete temas. Más de treinta años de música en vivo una vez a la semana (creo que la media saldría) te acostumbran mal.