Fue hace un par de meses cuando el músico Pepe Herrero nos recibió en su casa. Se cumplía por entonces un año de nuestra anterior visita, que dio pie a una amplia serie de artículos con los que descubrimos su impresionante currículo. El éxito de la propuesta fue indiscutible, ya que existía mucha curiosidad por conocer la trayectoria profesional de un nombre habitual en los créditos de numerosos discos y proyectos de muy distinto signo.

Herrero volvió a abrirnos las puertas de su hogar, siendo nuestro compañero José Ramón Nieto «Kema Púas» quien tuvo el placer de charlar con él durante cerca de dos horas. Fue una extensa y relajada conversación, en la que hubo tiempo para todo. La primera parte de la entrevista bucea en los precoces inicios de Pepe en el mundo de la música. Desde bien joven se despertó en Herrero una vocación innata por la composición de piezas originales, prácticamente en la misma medida que la ejecución de aquellos temas ajenos que le llamaban la atención. Uno de sus vecinos era nada menos que Leo Jiménez, y junto a él creció en la admiración por los sonidos duros y la estética rockera.

El guitarrista de Stravaganzza comenzó tocando la tuba, pero pronto decidió que prefería seguir un camino distinto al de la formación académica habitual. Tuvo algunos problemas con las escuelas a las que asistió por su carácter rebelde y creativo, por lo que prefirió afianzar su propio camino como autodidacta. Ni siquiera el rigorismo propio del mundo clásico pudo encauzar su personalidad artística. Los sacrificios que conllevó esta opción de vida fueron tan altos que el propio protagonista reflexiona sobre si merece la pena o no una autoexigencia semejante.

Como queda de manifiesto en los vídeos, Pepe Herrero se mostró muy sincero y abierto durante el encuentro con LosMejoresRock.com. Sus palabras crearon una atmósfera de confianza que facilitó el testimonio más personal. El músico recordó a su ídolo de adolescencia, Slash -el guitarrista de Guns ‘n Roses-, y su devoción por Rage, la banda alemana para la que ha terminado dirigiendo la orquesta de sus conciertos sinfónicos. Con todo, el maestro reconoce que ha preferido ser más autor y compositor que un oyente o melómano al uso. Fue Leo Jiménez quien le sugirió algunos grupos y artistas, entre los que se encontraba Mónica Naranjo, con la que también ha construido un curioso y fructífero equipo de colaboración.

La segunda parte de la entrevista está basada en preguntas de varias seguidoras de Pepe, que José Ramón Nieto «Kema Púas» fue recopilando durante los meses previos a la cita. Entre las cuestiones planteadas por las lectoras está todo lo relativo al Coro ‘n’ Rock, el colectivo vocal que dirige desde la localidad madrileña de Fuenlabrada. Actualmente Pepe también desarrolla un proyecto similar en otra localidad de la Comunidad de Madrid, lo que sin duda le convierte en todo un precursor a la hora de llevar el Rock en castellano a un nuevo status de prestigio y reconocimiento.

Pero no todo son luces en esta manera de enfocar una carrera artística. Una actividad tan intensa es garantía de stress, lo que redunda en la vida personal de quienes se someten a ella. El caso de Herrero no es distinto del de otros emprendedores. Pepe organiza él mismo su agenda -siempre completa- y ha sabido aprender (y asumir) que el amor al trabajo no siempre encuentra la recompensa debida entre los medios, el público o la propia sociedad.

Otra duda de sus fans se refiere a la experiencia Pepe con las orquestas sinfónicas, un campo al que ha dedicado una atención preferente. La anécdota de cómo fue capaz de dirigir una orquesta con el brazo en cabestrillo es bien significativa de este grado de implicación. Resulta muy interesante su opinión sobre la relación entre el mundo de la música clásica y los profesionales de un origen distinto al más puramente académico o formal. Su experiencia con Rage ha sido sin embargo mucho más dichosa y enriquecedora que otras semejantes de más complicada resolución.

Pepe está a mil historias, pero entre las que más le conmueven está, por supuesto, su amor por Stravaganzza. La particular naturaleza de esta formación llama la atención, ya que su actividad en directo es escasa y su propia concepción rebasa los límites de lo convencional. Herrero explica cuáles fueron los planteamientos iniciales de la banda, que no siempre lo ha tenido fácil por su carácter vanguardista. El guitarrista y compositor adelanta algo de lo que ofrecerán en su única fecha de este año -como parte del festival Rock The Night-, así como del próximo disco del combo.

Respecto a colaboraciones con grandes nombres como los del desaparecido Camilo Sesto o Mónica Naranjo, nada hay a la vista de momento. Herrero quiere centrarse en Stravaganzza y en un álbum en solitario que antes o después verá la luz.

El tercer tramo de la entrevista exclusiva que publicamos hoy vuelve a incidir en lo más personal, ya que Herrero recuerda su temprana obsesión por la música y su «flechazo» por la guitarra, además de atreverse a especular sobre cómo se ve de aquí a cinco años en el terreno profesional. Ya de paso opina sobre lo que representa para él tocar las seis cuerdas en un estilo tan exigente como el Metal.

La muestra de preguntas de los lectores entró asimismo en el detalle del proyecto Zheuss -su iniciativa artística de sonido más Gótico-, el estilo de composiciones en tonos bajos que le caracteriza o las canciones favoritas de su repertorio como autor. Incluso sus tatuajes… ¡¡o su dominio de la costura!! son objeto de curiosidad por parte del colectivo de fans.

La actitud con la que Herrero se maneja en la vida es justo lo contrario a la impostura y por ello no duda en reconocer que los grupos nacionales no son su referente, aun valorando la calidad de los compañeros de escena. Con todo, Pepe se atreve a citar algún nombre propio, que a buen seguro recibirá un buen impulso al saber de la confianza de alguien tan fiable en materia musical. ¿De qué banda se trata? Vean el vídeo y lo sabrán… El artista analiza además el estado del Metal en España, siempre tan complicado por los motivos por todos conocidos: falta de renovación, ausencia de nuevo público, etc.

Estas opiniones dejaron en franquicia la conversación de cara al debate posterior, en el que participaron nuestro compañero «Kema Púas», el pianista y musicólogo Fernando Lázaro y, por supuesto, el anfitrión de la velada. La tertulia comenzó de un modo casi mágico, ya que las notas de una pieza interpretada al piano por el propio compositor albaceteño sirvieron de exquisito prolegómeno a lo que habría de venir.

Lázaro fue el protagonista de un par de artículos que los lectores pueden encontrar en nuestro archivo, pero durante los primeros minutos aprovechamos la ocasión para recordar su trayectoria. Hay paralelismos claros con el recorrido profesional de Pepe Herrero, al que casualmente conoció como director de la orquesta de Mónica Naranjo en un recital celebrado en Albacete.

Fernando y Lázaro comienzan compartiendo sus valoraciones sobre aspectos tan complejos como la protección y consideración de la cultura en nuestro país y la actitud de los políticos respecto a ella. La educación en los colegios, el conocimiento del patrimonio musical propio o su difusión en los medios de comunicación masivos son motivo de un interesante intercambio de opiniones por parte de ambos.

La responsabilidad del público, la importancia del talento respecto al trabajo en sí o la recompensa emocional y/o económica del arte tampoco se libran de una crítica global y una reflexión profunda pero fundada, de las que extraer jugosas conclusiones. En este escrutinio general entran también las bandas tributo y la gestión de la SGAE, la entidad que vela -o debería velar- por los derechos de los músicos nacionales.

Leo Cebrián Sanz