Estamos tan acostumbrados a escribir sobre el cierre de bares musicales emblemáticos -y atentos en los próximos días, porque se avecina otro en Madrid-, que cada vez celebramos con mayor entusiasmo el nacimiento de un nuevo lugar de peregrinación para los rockeros.
El Mono es un Bikers & Beer Bar, que se encuentra radicado en el número 19 de la Cava Alta, una parte del barrio de La Latina que por desgracia se ha rendido al turismo de masas. Musicalmente eso significa que del flamenco de la calle contigua queda ya muy poco -la Cava Baja- y que los sonidos latinos y de consumo rápido han invadido los locales de ocio del casco viejo de la capital.
Por fortuna, El Mono ha apostado por la distinción y al menos la noche que lo visitamos ofrece a su clientela una selección muy purista de Rockabilly y Rock de los 50. En las pantallas se veía una ceremonia de inducción al Rock & Roll Hall of Fame con músicos de Led Zeppelin y Whitesnake, por lo que entendemos que su amplitud de escucha rockera garantiza una buena noche de cervezas y fraternidad motera y rockera.
La carta de acompañamiento incluye una treintena de marcas de birra, a las que acompañar con tostas,tablas, tequeños artesanos y su carismático Fast Mad Hot Dog -descrito como un perrito caliente «sin chuminadas»-. La cerveza artesana es pues la reina de las consumiciones, sobre una barra en la que sorprende agradablemente la presencia de publicaciones musicales con la que ponerse al día. La parte de abajo esconde una coqueta «cueva» de paredes blancas y tentador futbolín.
El negocio se abrió el pasado 13 de diciembre y está hermanado con el VKaos, el emblemático icono de la resistencia metalera en Vallekas. Este pariente nacido a escasos minutos de la Plaza Mayor cuenta ya con una clientela fija. Entre sus habituales no es extraño ver a músicos y gentes del cine y la interpretación, que se «refugian» aquí de la mediocridad de los bares aburridos. Su camarera es un encanto, aunque no menos lo es el resto del personal -incluido su dueño Juan-. Del equipo al completo no tenemos más que buenas referencias gracias a nuestro jefe Jon Marin.
Leo Cebrián Sanz