Si existe una voz que pueda ser considerada auténtica pionera o “proto” cantante de Rock Duro y Heavy Metal en España, es la de Ana María González, del grupo valenciano Tarántula. Su fiera garganta suena en el homónimo segundo disco de los levantinos, publicado por el sello Chapa en 1978. Los compañeros de Ana en aquella aventura fueron el también cantante Enrique Alfonso -sólo en uno de los temas-, el guitarrista Manuel Grau, el bajista Francisco Valiente, el batería Juanjo Giles y su fundador y teclista Vicente Guillot.

Ana María interpretó el single del este segundo LP con una ferocidad inaudita. “Blancanieves” no era Heavy ni Punk, pero algo había de los dos géneros venideros. En el repertorio del vinilo destacaban también dos canciones en valenciano. Una era ‘Avui com ahir’, que la propia cantante había defendido en 1974 y 1975 como parte del elenco protagónico que representó en el Teatro Principal de Valencia la ópera-Rock ‘L’home de cotó-en-pè” (“El hombre de algodón”). La obra se estrenó los días 10 y 11 de mayo de 1974 y se programó de forma discontinua durante un año y medio. Ana María González era la única presencia femenina de un total de cuatro vocalistas.

El disco en cuestión seguía bebiendo del sinfonismo de larga duración que había presidido su debut, pero probaba fortuna con tesituras más duras y urbanas. Fue publicado el 19 de septiembre de 1978 y lo produjo Vicente “Mariskal” Romero. Las canciones de su único sencillo fueron la citada “Blancanieves” -se diría que un canto a la droga bastante explícito- y la cara B de “Éxtasis”. Entre sus ocho títulos incluyó una canción dedicada a Miguel Ríos: “La tarántula de Granada”.

Tampoco en esta ocasión encontraron el favor comercial del público, por lo que la banda se disolvió. Su autodenominado Rock Mediterráneo o Rock Concert no tuvo pues continuidad, aunque dejó para la historia la fastuosa y fugaz irrupción de una desatada Ana María, quien por cierto era la esposa del batería Juanjo. Su actuación para el programa televisivo ”Aplauso” habla por sí sola.

Tarántula llevaba funcionando desde mediados de los años 70 como referente del Rock Sinfónico y Progresivo en su Comunidad. Junto a Guillot estaban por entonces Rafael Cabrera (Bobby Astro -voz-), Manuel García Peydró (guitarra), José Pereira (bajo) y Emilio Santonja (batería). Aquel primer “Tarántula” de 1976 fue publicado por Novola, el subsello de Zafiro que de algún modo anticipó la creación de Chapa. Las canciones habían sido grabadas en los madrileños estudios Eurosonic.

Por las filas del grupo ya habían pasado el guitarrista Herminio Barranco, el batería Miguel Izquierdo y el flautista Alfonso “El Ferro”, quienes habían aportado su pericia técnica a una música con elementos de Folk y una utopía hippy similar a la de los cántabros Bloque. Su debut en vinilo cumplía con la norma no escrita en este tipo de formaciones de contar con un tema instrumental -en este caso “Imperio muerto”-

La pista de esta garganta rota y contundente se pierde en la localidad valenciana de Tavernes Blanques, donde al parecer trabajó en una empresa vinculada a la industria de la cerámica. Ana María, llama. Te estamos buscando.

Leo Cebrián Sanz