La web TMZ.com acaba de publicar el audio de la llamada a emergencias (911) que hizo el chófer que iba a recoger a Chester Bennington (Linkin Park) para conducirlo a la sesión de fotos que tenía programada la mañana en que se suicidó.

El hombre hizo esta llamada justo a continuación de que una señora del servicio de la casa de Chester acabase de descubrir el cuerpo. De fondo se la puede escuchar llorando y gritando. Mientras, el conductor explica que acaba de llegar a su casa y que la sirvienta le ha dicho que se ha suicidado, que se ha ahorcado.

De fondo también parece intuirse que la señora del servicio está llamando a la esposa de Bennington para darle la fatal noticia.

Pincha en el vídeo para escuchar.

  • Bennington, a lo largo de su carrera musical, había sido muy claro en las entrevistas explicando los problemas mentales que había tenido, las depresiones que sufría, la ansiedad, el abuso de sustancias… hasta llegar a confesar lo que parecía ser la causa: sufrió abusos sexuales de niño, con siete años.

  • Hace tan solo unas horas el grupo Linkin Park ha publicado una carta de despedida a su cantante fallecido, a la vez que ha creado una web dedicada a su memoria en la que comparten información útil para evitar el suicidio.

«Querido Chester: Nuestros corazones están rotos. Las oleadas de tristeza y de negación siguen rondando a nuestra familia, mientras luchamos a brazo partido contra lo que ha pasado. Tocaste tantas vidas, tal vez incluso más de lo que imaginaste. En los últimos días hemos visto todo un derroche de amor y apoyo de todo el mundo, tanto público como privado. Talinda y la familia quieren que el mundo sepa que fuiste el mejor marido, hijo y padre; la familia nunca estará completa sin ti. Cuando hablábamos de los próximos años juntos, tu emoción era contagiosa. Tu ausencia deja un vacío que nunca se podrá llenar, una voz bulliciosa, divertida, ambiciosa, creativa, y generosa que ahora nos falta. Estamos tratando de recordarnos a nosotros mismos que los demonios que te llevaron lejos de nosotros eran siempre parte del trato. Después de todo, era la forma que tenías de cantar sobre esos demonios lo que hacía que todo el mundo se enamorara de ti. Los exhibiste sin temor y, al hacerlo, nos reuniste y nos enseñaste a ser más humanos. Tuviste el corazón más grande y lograste guardarlo en la manga. Nuestro amor por hacer y tocar música es inextinguible. Aunque no sabemos qué camino tomar nuestro futuro, sabemos que cada una de nuestras vidas fue mejor gracias a ti. Gracias por ese regalo. Te queremos y te extrañamos mucho. Hasta que nos veamos de nuevo, L. P.»