La más que positiva respuesta de los lectores a nuestra recuperación del poeta urbano Jaime Noguerol está siendo extraordinaria, por lo que continuamos analizando canciones compuestas por el escritor para el primer y homónimo disco de Banzai. En aquel Madrid de 1983, el hoy columnista del diario «La Región», de Orense, vivió los días y las noches de un agitado comienzo de década entre las luces y sombras de la contracultura y la bohemia.

Noguerol era amigo -y a veces también enemigo- de otros creadores malditos como el fotógrafo Alberto García Álix y el literato Eduardo Haro Ibars, por citar dos de sus acompañantes habituales. El propio Jaime vivía al límite, o al menos de una manera intensa como pocas, por lo que corren muchas leyendas e historias tremebundas sobre aquel grupo de artistas que tan pronto se mostraban atormentados e intelectuales como hedonistas y amantes de los placeres más mundanos.

Parte de ese espíritu apasionado es el que Noguerol volcó en las cinco canciones que incluyó en «Banzai». Una de ellas fue «Coche rápido en la noche», una crónica casi periodística del mundo de la delincuencia juvenil en cualquier gran ciudad de país. La trepidante sucesión de aconteceres durante una carrera vital de riesgo e inconsciencia lleva a los protagonistas de esta letra a ese accidente final por todos recordado, que era el colofón perfecto para un final casi previsible.

Jaime recuerda el recorrido que tantos delincuentes o futuros delincuentes hacían en busca «de una farmacia abierta» que poder atracar, muchas veces con la ansiedad propia del «mono» de la droga. La autodestrucción estaba a la vuelta de la esquina y en ocasiones iba montada en un vehículo a toda velocidad, conducido por chavales muy jóvenes a los que bastaba realizar «un puente» para poner en marcha el motor y salir a quemar rueda.

«Funciona legal» es uno de los más bellos títulos posibles -casi diríamos que un eslogan- con los que definir una actitud de honestidad ante la vida y respeto por los demás, especialmente si se trata de los amigos. Este canto a la solidaridad y la fidelidad entre los colegas, los compadres, apunta alto en su descripción de una sociedad dura, en la que sólo el apoyo mutuo y la fraternidad pueden salvarte de la quema personal y la destrucción de tu entorno.

En su testimonio, Noguerol refiere la llegada de la droga a las calles de los barrios como el veneno social que rompió todo. En aquella transición «no tan modélica», las pandillas comenzaron a desgajarse por culpa del ambiente enrarecido provocado por la introducción de la heroína entre los sectores más desfavorecidos de la juventud.

El próximo viernes abordaremos las dos últimas letras de Jaime Noguerol para «Banzai». Se trata de las baladas «Tu real salvador» y la estremecedora «Amigo», un clásico siempre asociado a la formación liderada por Salvador Domínguez. Lo escuchamos en el homenaje madrileño a José Antonio Manzano en boca de Carlos Pina y aún forma parte del repertorio de Chino Banzai, el vocalista que originalmente la cantó.

Leo Cebrián Sanz