Evaristo lo ha conseguido. La desaparición de La Polla parecía destinada a condicionar toda su carrera artística, pero la constancia en el trabajo y su fe en Gatillazo ha hecho que su segundo gran grupo tenga una entidad que se agranda cada día. Su discografía camina ya por la sexta entrega desde aquel inicial álbum homónimo publicado por Oihuka en 2005, al que siguió toda su obra editada por Maldito Records: «Dianas legales» (2007), ‘Sex pastels’ (2008), «Sangre y mierda» (2011), «Siglo XXI» (2013) y «Cómo convertirse en nada», que vio la luz el año que acabamos de dejar atrás.
Gatillazo tiene incluso algo que casi ninguna banda consigue en estos días y es atesorar una serie de canciones muy reconocibles, que son lo más parecido a aquello que antaño se denominaba «grandes éxitos». Temas como «SSegurataSS blindaoSS», «Fosa común», «Esclavos del siglo XXI» o el que da título a su última producción garantizan un buen número de himnos con los que hilar un directo divertido y lleno de energía, en la línea que siempre ha garantizado el intelectual de Agurain-Salvatierra.
Las versiones de La Polla en su repertorio de directo se han convertido por fin en lo que siempre debieron ser, una mera anécdota en el contexto de una formación que camina sola, pero que curiosamente cada vez recuerda más a los discos finales del molde maestro como «Toda la puta vida igual» o «Bocas». El sonido metalizado y rápido de Gatillazo funciona de maravilla en 2017 y de ahí su éxito popular en festivales y grandes eventos.
La de Madrid del próximo sábado 7 de enero en la sala But es una oportunidad única de ver al quinteto en un concierto que supere la habitual hora de los «festis», con público exclusivo para la ocasión y el espectacular sonido que suele ofrecer este auditorio. El teloneo previo va a correr a cargo de La Kontra, la resurrección musical de Txetxu Palacios, voz y guitarra de Parabellum, una de las referencias más inteligentes que jamás diera Barakaldo, en la margen izquierda de la bilbaína ría del Nervión.
Esta velada de Punk Rock ha creado una fuerte expectación en el Foro, donde hay ganas de bajar los kilos ganados durante las Navidades en una enérgica noche de pogos y desfase. Esta receptividad no es ajena a la cada vez mayor presencia de Evaristo en los medios, tras décadas de voluntario distanciamiento de la prensa y la promoción. El compositor, letrista y cantante lleva unos años «de dulce» y la solvencia técnica de sus compañeros instrumentistas camina en paralelo, por lo que todo apunta a que Gatillazo se convertirá en un nuevo clásico durante lo que queda de década.
Leo Cebrián Sanz