Quien lo conoció a finales de los años 80 lo define como el mejor club de Hard Rock y Heavy Metal que jamás hubo en España. Su nombre y logotipo plagiaba el de la famosa cadena Hard Rock, en una decisión más divertida y espontánea que cargada de intencionalidad comercial o simple usurpación. El gigante corporativo norteamericano no había llegado aún a España, por lo que durante un tiempo su bandera la sostuvo este maravilloso barco pirata que fue este sótano metalero al que se accedía por una escalera cargada de encanto y excitación.

El Hard Rock se encontraba en Torremolinos, Málaga, donde durante varios años ejerció de templo rockero de referencia. Su público era una mezcla de turismo extranjero y nacional, malagueños de la capital y heavies venidos de toda la provincia y el resto de la Costa del Sol.

Reidar and Kenneth

Muchas chicas guapas con el moreno a flor de piel, sensualidad glammie, camareros nórdicos de dos metros de altura, combinados alcohólicos con nombres de grupos -una recurso inédito hasta entonces en la hostelería rockera-…  y un ambiente siempre festivo y relajado. Así era el Hard Rock que de verdad molaba, y no el que años después aterrizaría en Madrid y Barcelona.

Cuando el local se llenaba, los más pertinaces optaban por prorrogar la juerga acercándose al Bierkeller, otro local de Rock duro situado a escasos metros, donde les recibía su dueño, uno de los personajes carismáticos de la escena andaluza del género.

Muchos años después, un grupo de asiduos y clientes a ambos bares/pubs se reúne en el Bar Lemmy de Málaga esté sábado 20 de agosto para celebrar desde las 18:00 el recuerdo de aquellos años dorados en que el Rock reinaba en una de las localidades más turísticas del litoral español. La iniciativa parte de la Asociación Costa del Rock, que cada cierto tiempo convoca a su quinta «ochentera» y de comienzos de los años 90 para esta sana reivindicación de la nostalgia.