El pasado jueves 10 de octubre se inauguró en el Kamikaze Rock Bar, que está situado en la localidad madrileña de Móstoles, la primera exposición sobre la sala Canciller, la gran discoteca de Rock Duro y Heavy Metal de la ciudad de Madrid. El evento coincidió con el primer pase y “prueba de público” del documental “500 Pesetas con Pelotazo”, del realizador Leo Cebrián Sanz, cuyo subtítulo es “Salas de Rock en el Madrid de los 70, 80 y 90”.

En ambos acontecimientos estuvo presente Manolo Sonseca, el comisario de esta exposición basada principalmente en las entradas de conciertos del “Canci”. El anfitrión de la noche fue “Presi”, el dueño del Kamikaze, quien ha preparado en varios marcos de exposición la selección de las piezas más curiosas o destacadas de esta colección. También se exhibieron algunas fotografías inéditas de la fachada e interior del local de la calle Alcalde López Casero.

La muestra consta de una docena de cuadros de distinto tamaño, en cuyo interior se han dispuesto las entradas del Canciller, cada una de ellas con un perfil plateado que permite destacar su acabado y colorido. Muchos de los grandes grupos del Hard nacional están representados (Ñu, Barón Rojo, Sangre Azul, Medina Azahara), también la segunda fila (Júpiter, Badana, Leize, Esturión) y por supuesto actuaciones internacionales como las de Gillan, Motörhead, Ramones, MSG, Marillion, UDO o Sepultura) y eventos especiales como las entregas de premios de las revistas del ramo o el Homenaje a Pedro Bruque. No hay orden cronológico ni un criterio fijo de selección, sino un aleatorio que garantiza la sorpresa inesperada.

Este viaje emocional a los recuerdos dispara la memoria y la nostalgia de quienes observan con detenimiento los cuadros, que son de una vistosidad absoluta y un enorme valor informativo. Algunos de los conciertos que se plasman en estos testimonios físicos en papel han quedado perdidos en el olvido y otros forman parte de la agenda musical de toda una generación de heavies madrileños.

Si quieren disfrutar de un buen rato en este placentero viaje en el tiempo, no lo duden. La exposición permanecerá abierta por tiempo limitado en el Kamikaze, donde una buena cerveza es el complemento perfecto para la visita autoguiada del clásico “yo estuve allí, a ese concierto fui yo”.  

Leo Cebrián Sanz