Cualquiera que no haya nacido en México al escuchar Chiapas, el estado sureño de la República, bonito y selvático, lindante con Guatemala, pensará de inmediato en el ejército zapatista, zonas arqueológicas mayas, cenotes y cascadas. Pero ¿te vendría a la cabeza la palabra Rock? Nuestra música favorita, universal, también existe en la tierra del subcomandante Marcos.

Daniel Trejo Sirvent se presenta en su perfil de Facebook como “hombre del mundo, ciudadano del universo, rockero de corazón, libre pensador y artista creador”. En 2010 se encargó de realizar un recopilatorio titulado “Rutas del Rock” en el que dio salida a bandas indígenas de Chiapas, desde lo más subterráneo, como Sak Tzebul y Lumaltolk. En aquel vinilo incluso había dos canciones cantadas en el idioma maya tzotzil.

Han pasado once años y el amigo Daniel sigue en su empeño de descubrir la cara rockera y más dura de Chiapas al mundo. Ahora lanza otra recopilación (acoplado en México) que se titula “La vieja escuela del Metal en Chiapas” en la que aparecen diecisiete grupos de Heavy Metal de dicho estado de todas las épocas con información del desarrollo musical de cada uno de ellos y el origen de la chispa. Escuadrón 201 y Nightmare nos cuenta que fueron los pioneros del movimiento y salieron de la capital, Tuxtla Gutiérrez, a mediados de los ochenta. Otro dato curioso es que la primera banda que se atrevió con el Thrash Metal, Damage, no lo hizo hasta la década de los noventa.

Mas los protagonistas del disco no son las formaciones hasta ahora mencionadas, sino Distinta Fe, Targrat, Luna Negra, Zuper Faro, Tormentor, Orbis Scellus, Cripta, Nauyaca, Symetrayas, Orcus, Akreon, Matraka, Cuartoscuro, Hydra, Rémora, Cóatl y Kollol, que nos ofrecen todo tipo de variantes estilísticas: Heavy puro, Hard Rock, Thrash, Death, Black, Nu Metal y Alternativo. Un dato para los españoles: ¿Sabéis lo que cuesta este CD de diecisiete cortes? Al cambio, ¡no llega a cinco euros!  

El mundo del Rock y las iniciativas de algunos valientes como estos grupos mencionados y Trejo Sirvent no dejarán nunca de sorprendernos.

Jon Marin