Como viene siendo habitual en los últimos años, nuestro compañero Javier del Valle se aventura a recordar algunos de los buenos discos de Rock y Fusión publicados en 2021. Son todos los que están, aunque no están todos los que son. El orden no es vinculante, que conste; no se trata de un ranking con número de orden sino de una selección de obras que han destacado durante este año.

Incluye Mafalda («Les Infelices»), excitante combo valenciano en el que la fusión de estilos no hace mella en su contundencia lírica y musical. Continúa con la segunda obra en solitario de Razkin («Norte»). Parece que el rockautor navarro ha encontrado lo propio -su norte- tras una tormentosa salida de La Fuga.

Por más que despotriquemos de los clichés de Rock Urbano, nos enganchamos de nuevo con obras como las Cableados («Ver, oír y callar»), capaces de hacernos mover la zapatilla con una colección de canciones excelentemente producidas. A Javier también le emocionó el «Camino de Vuelta» de Capitán Cobarde. El sevillano realizó nueva pirueta estilística acercándose a sus raíces flamencas y homenajeando al ¿olvidado? Rock Andaluz.

Stafas («Melodías para un Mundo de Locos») arriesgó incorporando sonidos de Americana y Soul sin perder su esencia de rock callejero y descriptivo. Debido a la pandemia, llevamos casi dos años disfrutando en exclusiva de Jorge Salán, que editó un premonitorio «El Cielo es Lodo», repleto de vanguardia hardrockera y con adaptaciones de textos del escritor Manuel Vicent.

Celebra, asimismo, el regreso a la austeridad de «El Drogas», que ha reflejado su intensa labor de compositor en un disco de autor titulado «El Largo Sueño de una Polilla», complementado por el libro «189 Escritos con una Mano Enferma». En tiempos oscuros ha resultado impactante la publicación de la obra póstuma de Mart, «Tierra y fe». El ex cantante de Estirpe, que falleció demasiado joven el pasado mes de noviembre, nos dejó un emotivo disco que marcará una época: una celebración de la vida.

Finaliza el repaso con un veterano y un novel. Tras casi cinco décadas con Burning, el bueno Johnny Cifuentes nos sorprendió con su primera obra en solitario, «Hagámoslo». Al de Chamberí no le ha temblado el pulso para buscar el apoyo de Nico Álvarez en un disco adornado con instrumentos de viento. También hay que celebrar el buen rock clásico desarrollado por los madrileños A Tiro. «Bajo la piel» es un CD altamente recomendable, una consagración difícil de conseguir en el difícil mundo del rock español