Habíamos escuchado hablar de «La puerta verde», ese clásico conceptual del rock and roll pionero de los años 50, pero nunca de El Cuarto Verde. Este grupo de Logroño, La Rioja, nació en 2005 y actualmente está formado por Odón (voz y guitarras), Edu Doc (guitarra), Deivis (bajo) y Julián (batería). Tras bregarse en todo tipo de certámenes y concursos, el premio de uno de ellos -Beca con Proyección para Jóvenes Artistas- les permitió grabar su primer CD: «Pulso», editado por AE Distro en 2009.
El sonido de El Cuarto Verde tiene cierta vinculación natural con el de los navarros Dikers, por lo que no resulta nada extraño que muy pronto contactaran con su líder e infalible productor Íker Piedrita para dar forma a su debut en los estudios El Sótano. Idéntico responsable técnico y local de grabación figurarán en su segunda entrega, «Narcoiris», esta vez de la mano de Gaser en 2011.
Cuatro años después, el cuarteto ha tenido su gran oportunidad con la edición en 2015 de «Metroglobina», nuevamente con el marchamo de garantía que siempre ofrece la dupla Piedrafita-El Sótano. Fue publicado por Rock Estatal Records hace aproximadamente un año y pasó algo desapercibido, por lo que ahora corresponde recuperarlo de cara a su próximo concierto del próximo 18 de febrero de 2017 en la sala Biribay Jazz Club de la capital riojana. Ese día tendrán como compañeros de escenario a los madrileños Sonotones, muy próximos a su sonido de Power-Pop y Punk melódico. Con ellos compadrearon en una noche de protagonismo inverso en el madrileño Fun House Music Bar.
Hora pues de volver a escuchar sus últimas diez canciones, en una de las cuales colaboró Rosendo Mercado con su voz («Cómo purgar el radiador de una casa deshabitada»). Otros invitados acreditados fueron el guitarrista Diego Chaco «Los Pirris» («El corazón del espino negro»), los coros de Kutxi, Róber «Silencio», Kb y Targus en «Hoy», los versos de Sonia San Román en la inicial «Hazlo» e incluso los ladridos de «Jako» en el tema al que da nombre.
Las letras de la banda son divertidas y vitalistas, con una apreciable carga de inteligente sentido del humor vinculado a la cotidianidad y cierta facilidad para cuadrar las palabras en el marco de unas composiciones bien servidas de adrenalítica «Metroglobina». El resto de los títulos de su cancionero más reciente son «Culo de mal asiento», La hora de los lobos», «Por la tangente», «Los amantes de fósforo» y «Baila, aunque sea mal».
Leo Cebrián Sanz