“Las Primeras Flores de la Primavera” es el título del cuarto disco de Malas Pulgas, banda murciana que lleva en activo desde 2013. Comenzó con el dúo del cantante Pedro Ríos y el guitarrista Rafael Pérez, quienes dos años después grabaron un primer trabajo con el nombre del proyecto. En 2016 se integraron en el ya grupo el bajista Pedro Manuel Pérez y el batería Daniel Mauri. Los cuatro dieron vida ese mismo año al álbum “Vidas de Servilleta”. El colectivo siguió aumentando de tamaño con la incorporación del guitarrista Francisco López, el saxofonista Julián Cabello y Joaquín Enrique Bermejo “Mini Drums” como nuevo responsable de las baquetas.

La formación fue endureciendo su sonido progresivamente, tal y como se constató en su previo “Paralelos al Cielo”, publicado en 2018. Tras la ya clásica reactivación post-pandémica, Malas Pulgas incorpora a la aventura artística a la violinista Patricia Galán, a la corista Rebeca Riquelme y al regresado Daniel Mauri a la batería. El cuarto capítulo del libro musical de Malas Pulgas es un trabajo de seis canciones: el sencillo de choque “Castillos de papel”, “Las primeras flores”, “Amanece”, “El beso”, “El cielo” y “El reencuentro”.

Resulta inevitable vincular el estilo de Malas Pulgas al desarrollado en solitario por Robe Iniesta junto a sus ya no tan nuevos compañeros. Para seguir al maestro hay que tener arrestos instrumentales y buena imaginación poética en las letras, que son dos de las virtudes que hacen de ML una buena alternativa a su máximo referente. Los temas son largos y están llenos de cambios de ritmo y recursos que hacen más imaginativas las composiciones y su ejecución en directo. Hay un óptimo trabajo de arreglos y una puesta al día del concepto de “Rock Poético” que resulta bastante interesante y neutraliza ese mimetismo de los referentes ajenos.

Leo Cebrián Sanz