El pasado lunes 28 de febrero se presentó en la séptima planta de El Corte Inglés de la calle Preciados el primer volumen del libro “Sobre la marcha”, la autobiografía de Javier García-Pelayo, entre otras muchas cosas uno de los artífices del Rock andaluz. El actor, manager y “hombre-para-todo” en la industria musical española del último medio siglo se ha lanzado a contar las miles de anécdotas que jalonan su carrera profesional, en una narración tan festiva y adictiva como su propia manera de vivir, siempre apasionada y positiva.

El acto estuvo presentado por la periodista Montaña Vázquez Carrasco, quien dio paso a los cuatro contertulios del evento: Tato Cabal -ex director del área de cultura del Ayuntamiento de Madrid-, Antonio Gómez -periodista y escritor-, Agapito Maestre -catedrático de filosofía y escritor- y Antonino Nieto Rodríguez -poeta y videoartista-. Citamos sus nombres por una razón muy simple, y es que pocas veces hemos visto en un acto de estas características semejante robo de protagonismo de las personas invitadas hacia su anfitrión y presunto protagonista de la cita.

Javier apenas si pudo contar sus cosas entre un absurdo debate sobre el significado de la libertad en el que se enzarzaron los intelectuales y profesores universitarios presentes. Hubo muy poco Rock and Roll y mucho tedio nostálgico en torno a una figura como la de Javier, que ante todo es un cachondo mental y un hippy anarquista al que le sobran todas las disertaciones que le (nos) tocó escuchar y padecer estoicamente por parte de los envanecidos representantes de la Academia.

El libro ha sido editado por la Serie Gong Editorial, legendaria marca discográfica ahora reconvertida en sello editorial por otro García-Pelayo, su hermano Gonzalo. El mayor aliciente de este «Vol. 1» son las historias de los años 70 relacionadas con la progresía musical sevillana de grupos como los Smash y artistas como Lole y Manuel, además de todo lo vivido en torno al tardofranquismo y los eufóricos años 1977 y 1978 en el terreno de la cultura libre.

Parte de lo narrado en «Sobre la marcha» ya lo apuntó Gonzalo en su largometraje del mismo nombre estrenado en 2016. Una de sus partes más divertidas y geniales es esa primera media hora en la que Javier hace una especie de soliloquio sobre sus aventuras y desventuras juveniles como agente o representante artístico.

Leo Cebrián Sanz