El pasado domingo 3 de noviembre LosMejoresRock.com fue el único medio especializado que asistió en Madrid a la proyección del documental ‘Murder in the Front Row’. Esta producción dirigida este mismo año por Adam Dubin recoge la «crónica detallada de la escena Thrash de San Francisco en los 80, la que propulsó a clásicos del género como Exodus, Metallica, Testament, Slayer o Death Angel. El reverso rabioso, barriobajero y antiglamuroso del biopic de Mötley Crüe». Así es como se anunció su pase en el programa del In-Edit, el festival internacional de cine documental musical que se celebró a la par hace unos días en Madrid y Barcelona.
Entre el 30 de octubre y el 4 de noviembre tuvo lugar en la capital un ciclo que, en lo tocante al Rock, tuvo sus máximas expresiones de interés en los «docus» sobre la revista Creem (‘Boy Howdy! The story of Creem Magazine’), ‘David Crosby: remember my name’, ‘David Bowie: finding fame’, ‘Suzi Q’ -sobre Suzi Quatro- y ‘ZZ Top: that little ol’ band from Texas’. Las sesiones tuvieron lugar en dos salas de los cines Proyecciones, en pleno barrio de Chamberí-Bilbao.
Los organizadores del In-Edit madrileño apostaron fuerte por ‘Murder in the Front Row’, lo que se notó en la excelente entrada registrada en esta segunda premiere nacional del documental. Un público mayoritariamente hipster y curioso disfrutó con los 92 minutos de proyección de este recorrido visual y oral por los inicios del Thrash Metal en la Bay Area de San Francisco, su vecina ciudad de Los Angeles e incluso la muy lejana Nueva York, al norte de la costa Este. Como siempre que la industria estadounidense del entretenimiento pone en marcha su maquinaria de producción, todos los detalles de documentación y archivo de imágenes y recursos están cuidados al máximo.
El relato lo vertebran las opiniones de los propios protagonistas, con un claro predominio de Metallica y sobre todo Exodus, una banda a la que se da una importancia en apariencia desmedida. El propio nombre del largometraje toma una frase de una de sus canciones -‘Bonded by blood’-, lo que denota las preferencias del realizador por el grupo. La galería de caras conocidas es muy relevante, siendo las ausencias tan poco relevantes que quedan bien cubiertas por el resto de los compañeros.
En cualquier caso, lo mejor de ‘Murder…’ son los testimonios de los fans y personajes anónimos que construyeron la escena. Su anecdotario es rico y tiene el aliciente de lo inédito, al menos para quienes en su día vivimos el auge del Thrash en un país mediterráneo como España, donde las referencias eran sólo musicales. El contexto local está tan bien argumentado en el documental, que son esos pequeños detalles los que ahora nos permiten entender de dónde y cómo surgieron formaciones como Death Angel o Suicidal Tendencies.
En la planificación de ‘Murder in the Front Row’ se constata un esfuerzo por visibilizar el papel de la mujer en un entorno netamente masculino, así como de abrir el campo de puntos de vista y experiencias a los promotores, dueños de salas y periodistas especializados. Hay un cierto regodeo en cargar las tintas sobre los ‘posers’ -público que se acercaba a sus conciertos y festivales sin el espíritu militante de sus acólitos- y una cierta exageración en la violencia como elemento identitario. ¿Algún problema con ello? Pues no, porque para eso se trata de una obra de autor y no de un reportaje televisivo sin más.
Leo Cebrián Sanz