Ayer jueves 21 de febrero tuvo lugar el evento de presentación del ciclo veraniego Noches del Botánico, que durante los meses estivales de junio y julio concita la atención del público madrileño más selectivo a la hora de consumir música en directo al aire libre. El acto tuvo lugar en el jardín anexo al Museo del Traje madrileño, dada la cercanía de éste con el espacio donde tienen lugar los recitales: el Real Jardín Botánico Alfonso XIII de la Universidad Complutense.

Tras las palabras de varias de las personas que representaban a las instituciones implicadas en la organización de estos directos, la convocatoria se tornó puramente musical con las actuaciones del solista Carlos Sadness y ya en el exterior la de parte de la familia Habichuela, encabezada por el gran veterano Pepe a la guitarra y secundada por Josemi Carmona, de Ketama. El homenaje al patriarca se celebrará el 18 de junio y lo de ayer fue pues un apetitoso aperitivo.

A la hora de analizar el contenido más rockero de la programación hay realmente poco que destacar, a diferencia de lo ocurrido en 2024 con presencias como las de Status Quo, Toto o Queens of Stone Age, por citar tres ejemplos significativos. Este año cuesta encontrar nombres de referencia dentro del panorama internacional -apenas los renacidos Roxette y Texas-, aunque la papeleta la salvan los dos días del guitarrista Carlos Santana y la singularidad de artistas como Van Morrison o Morrissey -el líder de The Smiths-, o incluso la apuesta mixta de Viagra Boys y los nacionales Califato 3/4. Los mexicanos Molotov también son rockeros a su manera, aunque su etiqueta más acorde corresponde al Hip Hop transversal.

En el plantel nacional hay nombres que se repiten en el imaginario propio del Botánico, como es el caso de Ariel Rot, Quique González o los indies Lori Meyers. Nos habría gustado ver una fecha que dignificara la gira de despedida de Medina Azahara o incluso un acto de justicia hacia formaciones como Ñu, pero el “techo de cristal” de la contratación parece cada día más duro en este lado del negocio.

Ya lo dijeron los Platero: en la primera línea del entretenimiento masivo “hay poco rocanrol”. Así pues, ¿por qué contentarse solo con el budismo de corte progresivo de Red Moon Yard en los minutos previos a los Duncan Dhu de Mikel Erentxun? “Todos queremos más, todos queremos más, todos queremos más, y mucho más, y mucho más…”.

Leo Cebrián Sanz  

Foto: Javier del Valle Regidor («Otra Semana de Rock», Radio Enlace).