Ya tenemos un renovado objeto de debate tras la campaña contra Beethoven R. por parte de una «tuitera». Esta vez se trata de la iniciativa de crowfunding o, como nosotros preferimos decir, «cuestación popular» o «micro mecenazgo» del nuevo disco de Avalanch.
El pasado 10 de enero, Alberto Rionda, fundador y líder absoluto de la banda, anunció una nueva formación llena de inesperadas presencias, además de la conmemoración del decimoquinto aniversario de su disco «El ángel caído» con una gira mundial basada en la interpretación de su álbum más celebrado.
Los nuevos compañeros que le acompañarán en esta renovada etapa son nada más y nada menos que el vocalista Isra Ramos -su cantante en Alquimia, último proyecto de Rionda-, el teclista José Paz (Santelmo, Koven), el bajista Magnus Rosen (Hammerfall, Revolution Renaissance), el guitarrista Jorge Salán (que ha girado con Joe Lynn Turner, Jeff Scott Soto y Miguel Ríos, y al que todos recuerdan por su fructífero pasado en Mago de Oz, además de su notable carrera en solitario) y sobre todo el excéntrico batería Mike Terrana, con un currículo que no cabría en este artículo: Rage, Masterplan, Vision Divine, Tarja Turunen, etc.
La alegría y complacencia de sus fans no ha durado mucho. La celebración por ese regreso a lo grande se ha tornado en incredulidad y recelo cuando sólo cuatro días después se ha anunciado desde la web del grupo la campaña de apoyo económico a una versión 2.0 de «El ángel caído», en lo que se pretende una actualización del sonido que hizo grande a aquella obra. Los razonamientos de los críticos son obvios y en principio bastante razonables: si hay dinero para contratar a músicos de tanto prestigio, ¿no lo hay para financiar un nuevo disco?
A este hecho se une que los nuevos Avalanch apuntan alto en su calendario de conciertos, que se antoja ambicioso y no precisamente falto de incentivos económicos. De momento se han confirmado cuatro fechas: 27 de abril (Viñarock), 17 de junio (La Riviera, Madrid), 1 de julio (Z¡ Live Rock Festival, Zamora) y 9 de agosto (Leyendas del Rock).
Existe un cierto malestar entre los músicos de grupos modestos y algunos comentaristas de webs, escandalizados o simplemente escépticos ante lo que consideran una manipulación del concepto crowfunding. Muchos han comenzado a hacer sentir su disconformidad en las redes sociales, generando una corriente de crítica que en nada beneficia a Avalanch. Incluso han surgido algunos «memes» un tanto ofensivos hacia el músico asturiano, que no queremos reproducir para no añadir más leña al fuego mediático.
A día de hoy, su petición presupuestaria a los seguidores ha alcanzado el 26% de de sus objetivos, con un parcial de 175 donaciones y un plazo disponible de 84 días. Los argumentos esgrimidos para recabar esta cobertura logística son los siguientes (más info en www.pledgemusic.com/projects/avalanch):
«Únete a nuestro proyecto y podrás acceder de forma exclusiva a nuestro diario de grabación en vídeo, fotos, material exclusivo, etc. ¡Contamos contigo!
Tienes todo tipo de posibilidades para apoyar el proyecto, desde la descarga del disco hasta joyas únicas de coleccionista.
No aspiramos a mejorar este disco, que ocupa un lugar especial en los corazones de todos, y que fue grabado por una formación irrepetible. Solamente queremos darnos el gusto de revisitar sus canciones con nuestra nueva formación, no sólo en directo, sino también en el estudio. ¡Va a ser una experiencia increíble!
(…) El 1% de la campaña lo destinaremos a Médicos Sin Fronteras».
Leo Cebrián Sanz