Sebastian Bach les ha enviado sendos mensajes tras los sucesos del Capitolio en Washington D.C., después de que Trump alentara a sus seguidores a marchar hacia el Congreso mientras insistía en que hubo fraude electoral en Estados Unidos.

A Ace Frehley (guistarrista, Kiss) le dice: «Has sido mi héroe toda mi vida y has hecho que mi teléfono explotara cuando leía cuánto amas a Donald Trump y cuánto odias a Joe Biden. Sólo quiero saber, como fanático tuyo de toda la vida: ¿Apoyas lo que sucedió hoy en Estados Unidos?»

En otro tuit se dirige a Tim ‘Ripper’ Owens (cantante, ex Judas Priest): «Hola Tim, amo tu voz, tío, y he tenido buenos momentos contigo. Como seguidor y amigo solo quiero saber si sigues siendo partidario de Donald Trump después de lo que sucedió hoy en los Estados Unidos de América. Todos tus seguidores se lo están preguntando. Gracias, tío».

  • Bach ha criticado con frecuencia las políticas de Trump y, por ejemplo, en julio pasado dijo echar de menos algo de inteligencia en la Casa Blanca, que extrañaba no poder ver imágenes de J. F. Kennedy en los sesenta: “Era tan genial e inteligente, odiaba el racismo… Y ahora tenemos a este puto imbécil, no es justo para el país. A Barack Obama lo pongo en la misma categoría que a JFK; cuando lo veo hablar, me llega al corazón, porque te hace sentir seguro».
  • En septiembre, Frehley llamó a Trump «el líder más fuerte que tenemos». Dos años antes, el guitarrista también expresó su apoyo a Donald Trump diciendo que cualquiera que se sintiese patriota debía apoyar a su presidente, lo amase u odiase; de lo contrario, los disidentes debían mudarse a otro país.
  • Tim Owens intervino en la carrera presidencial de Estados Unidos en 2016 y dijo que Trump era quizá lo que Estados Unidos necesitaba para hacer avanzar al país. Afirmando que no era demócrata ni republicano, sino «estoy en el medio», el  cantante explicó que no podía votar por Hillary Clinton por «la forma en que gravan con impuestos los demócratas a la gente». También afirmo que Estados Unidos «tuvo ocho años realmente malos bajo la presidencia de Barack Obama.